miércoles, 18 de agosto de 2010

Sólo son Juguetes

Todo empezó hace ya 15 años. Por aquel entonces, mi "yo" preadolescente era un enamorado de las películas de Disney y dibujos animados en general, además de gustarle los juguetes y la informática... Y como A + B = C, cuando apareció una jóven empresa llamada Pixar diciendo que iba a estrenar una película de animación por ordenador en donde los protagonistas eran juguetes, el jóven Gui-J tuvo que estrenar sábanas limpias...

Aquella era la primera película de animación hecha íntegramente por ordenador. Y no sólo eso. El guión cautivaba (de hecho, fue nominada al Oscar por ello), era original y divertida, y llenó los corazones de grandes y pequeños. Hace unas semanas, después de 15 años, he tenido que volver a cambiar las sábanas ante el estreno de la esperadísima tercera parte de Toy Story.

Y es que, aunque haya pasado tanto tiempo y haya dejado atrás la infancia, pasando por la tan denostada adolescencia, lo cierto es que me siguen gustando los dibujos y la animación, me sigue gustando Disney, sigo colgado del ordenador, y por supuesto, adoro los juguetes... Quizás por ello estaba tan expectante ante la nueva entrega de Woody y Buzz. No lo sé. Lo cierto es que, aunque sí que me apetecía verla, tampoco me esperaba gran cosa... Sí, las típicas gracias, juguetes nuevos, historia simplona, y final feliz... Para pasar el rato y recordar viejos tiempos estaría bien...

Después de las dos horas que dura la película (creo que es la animación más larga de la historia), salimos del Kinépolis en estado de shock... Aquella había sido una de las mejores películas que había visto en los últimos años, quizás la que más emociones me ha provocado, y no me muerdo la lengua cuando digo (aunque suene imposible) que puede estar a la altura de la mismísima, única e irrepetible, trilogía de Regreso al Futuro... (Se oyen gritos de asombro y sorpresa entre la multitud). De hecho, y quizás no sea casualidad, esta también es una trilogía, al fin y al cabo.

Probablemente sea por mis gustos, y porque ya me habían gustado las dos primeras. O quizás porque tampoco me esperaba demasiado de una película tan "inocente". Pero lo cierto es que, por más que lo pienso y le doy vueltas, la película es una obra maestra, la mires por donde la mires...

Es difícil de expresar con palabras los sentimientos que esta película me ha provocado. Desde la más absoluta felicidad, hasta una profunda tristeza, pasando por la nostalgia y la risa a carcajadas. Como dije antes, nunca una misma película me había provocado tantos sentimientos distintos, ni tampoco tan marcados.

Creo que la mejor definición de la película que leí estos días es que es "una peli infantil para adultos, y una peli adulta para niños". Y no me refiero a algo tipo Shrek o similares (que me parecen geniales, ojo), en las que los niños y los adultos se lo pasan bien, pero cada uno por su lado, unos porque les hace gracia las caras del ogro y los pedos que se tira, y los otros porque se ríen con los chistes que saben que los niños no entienden... En este caso, Toy Story lleva al adulto y al niño por la misma senda, les hace compartir la misma felicidad y la misma tristeza, las mismas risas.

La gente de Pixar ha reinventado Toy Story, y si la primera ya se había convertido en un clásico por haber sido la primera de su especie y demás, la tercera parte se ha convertido en una película de culto por sus propias razones.

Es evidente que los antecedentes han tenido mucho que ver en el éxito de Toy Story 3. Volver a ver a los mismos juguetes después de tanto tiempo pero con la ilusión intacta, y ver a Andy ya mayor, al igual que a la hermana y al perro, que conocimos cuando todavía eran "cachorros", es algo que emociona... Pero cuántas otras películas han tratado de hacer el mismo experimento de lanzar una nueva entrega después de mucho años, y se han quedado en nada, en un plato recalentado, incluso llegando a manchar el honor que tenían sus primeras partes. Se me ocurren unas cuantas.

En este caso no sólo no es un recalentamiento de lo mismo con ánimo de sacar cuartos a los incautos. Es un plato completamente nuevo, en el que se utilizan los mismos ingredientes pero con un resultado completamente nuevo, diferente, que hace honor al plato original, y que además ha conseguido amoldarse al paso del tiempo, haciendo que ver en pantalla a los mismos protagonistas no sea cansino, sino que parezca algo completamente novedoso.

La película nos transporta de nuevo al mundo de los juguetes, a la misma casa donde se quedaron hace tantos años, a ese lugar tranquilo que de pronto se vuelve desordenado y salvaje. Pero si entre la primera y la segunda parte hubo un pequeño escalón y los juguetes pasaban de perderse en la casa del vecino, a hacerlo en un centro comercial y un aeropuerto, esta vez el salto es descomunal, proporcional a los años que han pasado, y el mundo de los juguetes se torna en algo inmenso, casi inabarcable, haciendo que la cosa se ponga realmente seria y casi trágica. Si antes reíamos ahora nos reiremos más, si antes nos emocionábamos ahora el nudo en la garganta será más difícil de olvidar.

Pixar ha conseguido que parezca que no hemos crecido en estos años, nos provoca las mismas sensaciones que cuando éramos unos críos. La película, los personajes y sus aventuras, han crecido tanto o más que nosotros. Como digo, la "historia de juguetes" se ha vuelto seria, adulta.

Por poner un par de ejemplos de esa madurez (y sin entrar a espoilear, a pesar de las ganas), la escena con la que abre la tercera parte (os abréis dado cuenta los más frikis de la trilogía) es exactamente la misma, punto por punto, que la primera escena de la primera parte... La diferencia es que antes sólo veíamos a un niño jugando con sus juguetes, y ahora nos ponen el punto de vista "serio" de dicho momento, es decir, como se vería la escena si fuese real...

Y ya para terminar, otro ejemplo de lo que quiero decir: En las dos horazas que dura la película, no hay ni una sola canción... No cantan. Y eso siendo dibujos animados producidos por Disney, es una novedad, creo. Tantos años quejándonos de los momentos "canta con Disney", y ahora como que se echan de menos...

Tampoco quiero cerrar el artículo sin hacer una mención especial al doblaje de esta película. Todos nos acordamos mucho de ello si es malo, pero si es bueno nadie se da cuenta. En esta película no sólo hay una interpretación deslumbrante, a la altura de la cinta, sino que la adaptación al español es brillante, con lo complicado que es traducir ciertas bromas... Concretamente, hay una parte de la película que es difícil de imaginar en otro idioma que no sea el español, pues parece que la escena ha sido pensada por gente de lo más castiza... Si la habéis visto sabéis a qué me refiero...

Así que lo dicho. Una película más que recomendable, única, y que no necesita que la vayamos a ver "acompañando a un sobrino" como excusa. Toy Story ya no es una simple e infantil "Historia de Juguetes"...

2 comentarios:

Neodian dijo...

La verdad sea dicha, se lo merecia.

Atencion spoilers.

Para mi hay tres escenas que marcan la pelicula:

La que tu comentas del principio es simplemente sublime.

La segunda es cuando todos los juguetes estan a punto de...que estas en tension esperando "a ver quien los viene a rescatar" y el rato se hace eterno.

Pero para mi la mejor escena de la pelicula, el mejor fotograma con el que definiria esta pelicula es al final de la pelicula cuando la niña encuentra a Woody y Andy lo coje en plan "es mi juguete". Sabeis que escena es.

Gui-J dijo...

Totalmente de acuerdo.
Esos detalles hacen que la pelicula tenga un trasfondo enorme, y es lo que la hace tan bueno.
A mayores me quedo con el momento que comentaba sutilmente en el post, y que llamo cariñosamente, "el del Buzz gitano". Lo de Mr. Potato "pepinillo" también es brutal...

Pero la última escena, ya terminando la peli es sencillamente brillante. Andy explicando la historia de cada uno de sus juguetes, y jugando con ellos por última vez... Tremendo.