domingo, 29 de julio de 2007

Apóstol LE-GEN...

...Y espero que no os moleste porque la segunda parte de la palabra es -DARIO.

Si, legendario. Tras unos días asimilando todos y cada uno de los hechos acaecidos durante la noche del pasado martes 24 de Julio, Noche del Apóstol Santiago, he decidido realizar un post para expresar mi felicidad y mi agradecimiento a todos aquellos que estuvieron en esa noche mágica. Sinceramente fue brutal, genial, de reirse sólo, y levantarse al día siguiente con una sonrisa en la boca y, sí, una canción en el alma.
Gracias a los de aquí, a los de allí y allá, y a los de más allá. A todos, porque me lo he pasado...

¡DE PUTA MADRE!!

sábado, 28 de julio de 2007

Grandes Programas en el Olvido: El Gran Juego de la Oca

Hoy comenzamos en BloGui-J un repaso por alguno de los programas más impresionantes y vistosos que se hicieron en nuestro país, que permanecen en nuestra memoria como un borroso recuerdo, pero que en su día sorprendieron a más de uno. Esta es una pequeña protesta hacia la televisión para que recuperen la originalidad y diversión de estos programas, en una época en la que la pequeña pantalla está apestada por reality shows y programas del corazón.
Hoy hablaremos en profundidad de uno de estos espectaculares programas, que todos recordamos con cariño: El Gran Juego de la Oca.

Como todos recordaréis, El Gran Juego de la Oca era un programa concurso, que fue producido en Madrid entre 1993 y 1995, y otra vez en 1998 (bajo el nombre de El Nuevo Juego de la Oca). Se emitía semanalmente en Antena 3 y posteriormente en Telecinco, y duraba varias horas (más de cuatro, si mal no recuerdo). El creador de este fantástico programa fue el italiano Jocelyn Hattab, creador de otros programas igual de espectaculares de los que (quizá) hablaremos otro día, y que sigue produciendo programas en su país. Il Grande Giocco Dell´Oca era el nombre original del concurso cuando fue emitido por primera vez en Italia.


¡¡Paparaba...!!

Las bases del juego eran sencillas. Cuatro concursantes (dos hombres y dos mujeres) jugaban en un gigantesco tablero basado en el tradicional Juego de la Oca. A medida que avanzaban en el juego tenían que completar diversas pruebas de mente, cuerpo y tensión para ganar dinero y otros premios.

En cuanto a los presentadores, en la primera temporada eran Emilio Aragón, Lydia Bosch y Patricia Pérez (si, la de la teta). En la segunda presentaban Pepe Navarro, Eugenia Santana e Yvonne Reyes, y en la tercera edicón, la que menos éxito tuvo, estaban Andrés Caparrós, Elsa Anka y Paloma Marín.

El plató del programa estaba formado por un tablero de juego de 63 casillas, situado en medio de un enorme graderío. Además, había un escenario (dos en la segunda temporada), una jaula gigante, una piscina circular en el medio del plató, y varios espacios grandes en los que se preparaban y elaboraban las pruebas.

El objetivo principal del juego (además de ver a Yvonne Reyes) consistía, como en el juego de mesa, en llegar a la casilla 63, lanzando unos dados virtuales (con un mandito que llevaba cada concursante), sin pasarse ni quedarse corto. Los concursantes iban ganando dinero durante el juego, que tenían que usar para apostar en cada prueba, según la seguridad que tuviesen en hacerla bien. Estas pruebas eran el objetivo secundario del juego, pero eran el motivo por el cual el programa tuvo tanto éxito.

Cada concursante empezaba el juego con cien mil pesetas de las de antes. Cuando era su turno, el concursante hacía "rodar" los dados electrónicos y avanzaba el número de casillas indicadas. Cada casilla avanzada suponía ganar otras diez mil pesetillas. Una vez en la casilla correspondiente, le mostraban al concursante la prueba que tenía que realizar, y el presentador se la explicaba, tras lo cual el concursante apostaba parte o todo su dinero, según lo seguro que estuviese de salir airoso. Si superaba la prueba con éxito, se le sumaba la cantidad apostada, y si fallaba (habéis adivinado), entonces se le restaba...


A lo largo del recorrido estaban distribuidas algunas casillas especiales, y el juego se volvía cada vez más "peligroso" a medida que el concursante avanzaba. Algunas de estas casillas, que muchos recordaréis, son las siguientes:


-Las Ocas: De oca a oca... Pues eso, básicamente el jugador que cayese en una Oca avanzaba a la siguiente y volvía a tirar. Las Ocas se situaban en las casillas 5, 9, 18, 27, 36, 45, y 54. Caer en esta última casilla implicaba avanzar a la casilla 63 (última oca), y por tanto, ganar el juego. Antes de volver a tirar los dados, claro está, el concursante debía recitar la famosa rima del juego de mesa.

-Dados (Casilla nº7): Los Dados eran un atajo especial que hacían avanzar al concursante hasta la casilla número 20, y además podía volver a tirar (tras decir "De dado a dado y tiro porque me ha tocado")... Tras la primera temporada, y visto que esta casilla es exactamente igual a la de las Ocas, fue retirada del juego (y la rima fue censurada de por vida).

-Lucha en el Barro (Casilla nº8): Esta casilla estaba al lado de una piscina de barro. Cuando un concursante caía aquí, debía realizar una prueba en el barro, mientras una luchadora de presing catch (ligeramente vestida) le hacía la vida imposible... En la segunda temporada la prueba fue trasladada a la casilla nº31.


Tu busca, Jose...


-Restaurante Chino (Casilla nº19): En la segunda temporada, el concursante que cayese aquí tenía que sentarse en la mesa de un chino. El camarero le traía un "exquisito" plato (la rata cocinada en salsa agridulce era mi preferido), y el concursante tenía que comer al menos cinco bocados del mismo si quería evitar perder todo su dinero.

-Sandías (Casilla nº31): En esta casilla se le daba un machete al concursante, quien tenía que partir el mayor número de sandías que iban saliendo por un tubo. Esta prueba también fue retirada tras la primera temporada.

-Pintacuerpos (Casilla nº34): En esta casilla, el concursante hacía girar una rueda para determinar en qué parte de su cuerpo se le pintaría el logo del programa. Podía salir brazo, espalda, estómago, pecho (mmm) o trasero (jajajaja). Lamentablemente la prueba fue retirada tras la primera temporada ("¿es que no había pruebas después de la primera temporada?").

-La Guarida de la Serpiente (Casilla nº47): Esta era divertida. El desgraciado que cayese aquí tenía que entrar en un enorme bocal lleno de arena y boas constrictor ("¡¿Por qué has puesto todas estas cosas juntas?!"). Una vez dentro, le cerraban la puerta y tenía un tiempo limitado para encontrar la llave de la puerta del otro lado del bocal para poder salir. Ganando esta apuesta el concursante no sólo incrementaba su dinero en lo que hubiese apostado, sino que además le permitía avanzar hasta la casilla número 50, que es donde estaba la salida del bocal. En la segunda temporada movieron la entrada a la casilla 55 y la salida a la 59.

-La Pared del Castillo (Casilla nº51): La prueba consistía básicamente en escalar la pared del castillo adyacente para darle un beso a la princesa o príncipe que esperaba en lo alto.

-Corte de Pelo (Casilla nº52): Una de las más míticas gracias a su pegadiza músiquilla (titititiri, titititiri, titititiri tiriri tiriririii). En esta casilla (la 48 en la 2ª temporada) esperaba a los concursantes una silla de peluquero. El desgraciado concursante que cayese aquí tenía que responder a tres preguntas, la última de las cuales era imposible de contestar en los cinco segundos que daban. Cualquier mala respuesta implicaba recibir un severo corte de pelo por parte de un peluquero trastornado llamado Flequi (Rizotín en la segunda). Normalmente, a los hombres les afeitaban la cabeza, mientras que a las mujeres les cortaban el pelo como a un hombre. Bueno, a todas menos a Concha Velasco, que cayó en esta casilla en un programa benéfico y se negó a que le rapasen la cabeza... Desde luego, que mal perder tienen algunos...


Este pobre concursante portugués no sabe que su felicidad de caer en una oca, le llevará a tener que raparse el pelo...

-Jaula de Castigo (Casilla nº57): Esta prueba es parecida a la de la piscina de barro. El concursante era encerrado en la jaula con un gladiador que trataba de derribar al concursante, mientras este realizaba una prueba. En la segunda temporada la entrada a la jaula estaba en la casilla 46.

-Enfermera (Casilla nº57): Esta sí era buena. En la segunda temporada, esta casilla disponía de una cama de hospital y de una chica vestida de enfermera. A los salidos decirles que, efectivamente, en eso que están pensando consistía la prueba. Bueno, más o menos (depende de lo salidos que estéis). La prueba tenía variantes. Una de ellas consistía en que la enfermera le hacía un striptease al concursante, y este tenía que tratar de mantener su ritmo cardíaco bajo...
Otra posibilidad (más conocida) consistía en que se le hacían cinco preguntas al concursante. Si fallaba la pregunta se le depilaba con cera parte de los pelos de las piernas. Si acertaba tres preguntas entonces pasaba la prueba. Ambas pruebas eran para los hombres, claro.

-Muerte (Casilla nº58): Por el nombre no podía ser bueno. La casilla estaba decorada con un dibujo de una calavera y unos huesos. El concursante que cayese aquí (a cinco casillas del final) era enviado de vuelta a la casilla de salida, aunque conservaba su dinero. Esta casilla salía en el juego de mesa original, sin embargo sólo salió (para variar) en la primera temporada.

-Ruleta Cruel (Casilla 61): El concursante tenía que girar una ruleta en la que había distintos porcentajes, y perdía el pocentaje de dinero en el que se parase. En la segunda temporada, para añadirle emoción, se ataba al concursante a la ruleta...


Este macro-concurso tenía multitud de personajes que participaban en las diversas pruebas. Algunos de ellos son muy conocidos y otros menos. Estos son los principales:


-Oquettes: Grupo de baile formado por 8 bailarinas que cantaban la concida canción del programa ("...di cua cua, y una oca seraaaas"), además de acompañar a los concursantes a algunas casillas, o incluso participar en algunas de las pruebas.


Si,si, vosotras reiros...

-Chicos/chicas oca: Miembros del programa que participaban en los preparativos de las pruebas que lo requiriesen. Eran tíos y tías mazas, vestidos con poca ropa, que animaban el programa desde los laterales o desde la jaula...

-Presentadores invitados: Cada semana, un famoso español acompañaba a los presentadores.

-Romy y Marvel: Las luchadoras de barro en la primera y segunda temporada, respectivamente.

-Calcetino Man: Superhéroe frustrado, vestido con un pijama rosa, que trataba de entorpecer el avance de los concursantes en varios programas. Ah, y era Javier Martín, que luego estuvo en CQC...

-Maxtor: Musculoso hombre africano, vestido de guerrero, que competía con los concursantes en los últimos programas. Algunos os acordaréis de los gritos del público que acompañaban a su presentación (¡Maxtor, Maxtor...!).

-Personajes promocionales: Pues sí. De vez en cuando aparecían personajes para promocionar ciertos productos. Así, por el programa llegó a pasar Super Mario (por Nintendo), una vaca (en representación de una marca de leche) o unos elfos irlandeses (para promocionar los olvidados cereales Boskys de Pascual...). Normalmente, los personajes participaban en pruebas en las que el producto promocionado estaba implicado...

-Flequi: El barbero de la primera temporada, y uno de los personajes más populares, de manera que terminó involucrándose en otras partes del programa (sobretodo pruebas finales) a medida que avanzaba la temporada.

-Rizotín: El barbero de la segunda temporada. Sus cortes de pelo meaban a los de Flequi, dándole un éxito todavía mayor.

-Danny: Juez que miraba el concurso desde la sala de contol en la primera temporada y tomaba las decisiones cuando había dudas en alguna prueba.

-Fernando, el mimoso pringoso: Este hombre gordo y oloroso, que comía espaguettis como un niño de dos años, participaba en una prueba de preguntas y respuestas. Cuando la concursante acertaba la pregunta Fernando le daba un beso a la presentadora de turno, pero si fallaba era la propia concursante el que recibía un beso de Fernando. Que bonito...

-Besucona: Tres cuartos de lo mismo. En este caso, el juego era similar al anterior, salvo que en este caso participaban un concursante y un presentador masculinos.

-Chicos del sonido: Eran los encargados (como en cualquier otro programa) de la música del programa así como de insertar los efectos de sonido correspondientes, para quitarle dramatismo a las situaciones en las que se metían los concursantes... Una de las frases más famosas, era la de "¡¡Animaaal...!!" dicha con voz aguda nasal...

-Monstruos: En los primeros programas aparecieron unos "monstruos" tontorrones vestidos con ropa de domingo echa trizas... Vaya mieeeeerdaaaa...

-Alberto Murroni: El lanzador de cuchillos mundialmente famoso.

-Martin el Mago: En la segunda temporada, realizaba algún que otro truco de magia.

-Enterradores: Eran los que se llevaban a los concursantes hasta la casilla de salida cuando caían en la Muerte.

-Ocas: Por supuesto, también había ocas vivas que campaban a sus anchas por el plató, previa ingestión de marihuana...


Antes hemos hablado de las casillas especiales, pero hay otras pruebas, menos especiales pero igual de míticas, que hay que recordar:


-Beso o Tortazo: Al concursante que cayese aquí las Oquettes le iban recitando una frase cada una. La frase se dejaba incompleta y el concursante tenía que saber si la frase terminaba con un beso o un tortazo. Para ganar la prueba, el concursante tenía que adivinar al menos cinco de las ocho respuestas de las Oquettes. Lo gracioso es que, aunque acertase o no, el concursante recibía el beso o el tortazo igualmente. En caso de que la concursante fuese mujer, el que recibía el beso o el tortazo era el presentador de turno, excepto en el último programa de la primera temporada, que trajeron a Danny, el juez interno, para recibir...


¡¡Animooool!!

-La Prueba Final: El concursante que llegase justo a la casilla 63 ganaba el juego. Sin embargo, le daban hasta la emisión del siguiente programa (una semana) para intentar realizar la Reoca, que consistía en una prueba adicional que se realizaba fuera del estudio, y cuyo premio era un coche. La prueba se grababa y se emitía al principio del siguiente programa, y era entonces cuando le decían al concursante si había ganado el coche (alegría desde el principio)... Aquí se pudo ver la repercusión del programa, que conseguía reunir a miles de personas en plazas de ciudades de toda España, entre otras hazañas.

El Torneo
Después de 32 programas (sin contar los de los famosos), se realizó un sorteo para determinar quien de los 32 ganadores volvería al programa para participar en el Torneo de Campeones. Los nombres de todos los hombres ganadores se colocaban en un bombo, y los de las chicas ganadoras en otro. Ocho nombres fueron sacados de cada uno, y divididos en cuatro semifinales con dos chicos y dos chicas cada una. Los cuatro ganadores de las semifinales compitieron en el programa final para determinar el Gran Campeón de la temporada...

Otros detalles desconocidos.
-La primera temporada completa del programa fue emitida en EE.UU. durante los años 1994-1995 en Telemundo, justo un año después de emitirse en España. Los episodios de la segunda y tercera temporada no han sido todavía emitidos en EE.UU.

-Muchas de las pruebas de El Gran Juego de la Oca incluían fuego, explosiones, peligros submarinos y animales. Muchos de estos retos aparecieron años después en programas de éxito en EE.UU. como Fear Factor o Dog Eat Dog, y fueron considerados revolucionarios, especialmente para la audiencia americana.



Por último, aquí os dejo un resumen de los mejores momentos de la primera temporada, presentada por Emilio Aragón y Lydia Bosch. Entre otras cosas podremos ver como Emilio Aragón se come un gusano, los mejores momentos de las Reocas, a Perico Delgado recibiendo un tortazo o, atención a esto, momentos de la participación del mismísimo Mr.T (M.A. Barracus) en un programa, con actuación de baile incluída. No tiene desperdicio...


Grandes momentos de nuestra TV



Fuente: English Wikipedia
Traducción y mejora: BloGui-J

jueves, 19 de julio de 2007

Pánico en el Aeropuerto

- Si tu asiento está al lado de una salida de emergencia, o bien si se siente incapacitado para cumplir las funciones descritas en las medidas de seguridad, pídale al asistente de vuelo que le cambie de asiento.
- Es una gran responsabilidad.
- ¿Cambiamos el asiento?
- No, no soy el adecuado para esa tarea en particular.
- ¿Para qué la salida de emergencia a 10000 metros de altura?
- Mmhm...
- Ilusión de seguridad.
- Sí, supongo.
- ¿Por qué los aviones llevan mascarillas de oxigeno?
- Para poder respirar.
- El oxígeno te coloca. En caso de una emergencia respiras hondo debido al pánico. De este modo te vuelves eufórico, dócil. Aceptas tu destino. Esta todo ahí - muestra el folleto de seguridad del avión - Aterrizaje de emergencia a 10000 kilómetros por hora. Caras inexpresivas, tranquilas como vacas hindúes.
- Es una teoría interesante...

El diálogo que acabáis de leer, para los incultos, lo mantienen Tyler Durden (Brad Pitt) y El Narrador (Edward Norton) en la imprescindible película "Fight Club" (El Club de la Lucha), cuando están a punto de despegar en un avión.
Teorías, o pensamientos, como los de Tyler me han surgido a mí un millón de veces en cuanto a
aviones y aeropuertos se refiere. Y hoy quería exponer aquí unos cuantos de esos pensamientos, por si a alguien le interesa tenerlos en cuenta.

Todos conocemos más o menos el
proceso que conlleva viajar en avión. Todos hemos viajado alguna vez a avión, o por lo menos sabemos toda la seguridad que le rodea. Bueno, lo de seguridad es un decir. Así lo llaman ellos, pero ¿cuánto de seguridad implican realmente todas las medidas que rodean a los aviones? Hagamos un pequeño repaso del proceso por el que hay que pasar para subirse a un avión, aunque sólo sea para un simple viaje nacional.

Antes de nada, hemos conseguido llegar
una hora antes de nuestro vuelo al aeropuerto para facturar el equipaje, el cual milagrosamente no se ha pasado del peso permitido a bordo. La señora obesa que ha facturado delante nuestro, que posiblemente pese el doble que nosotros (cada una de sus ubres) tiene derecho al mismo peso en su equipaje. Claro, que es normal. No vamos a discriminar a los pasajeros por peso. Pero me pregunto que pasaría si una convención de gordos (como aquella que hizo Peter Griffin) se le diese por viajar en un avión de estos. 180 gordos de 150 kg. cada uno con sus 20 kg. de equipaje... Nosé, es un pensamiento que dejo aquí.

Nos dirijimos pues, con nuestro preciado
billete, a la puerta de embarque, antes de la cual se encuentra el conocido a la par que infranqueable Control de Seguridad. A veces, en mi vida diaria, hay momentos que me pongo a pensar en los detalles más ínfimos de la rutina de todo ser humano. Cosas que todos pasamos por alto, que damos por hechos tajantes, que no los cuestionamos porque ni se nos pasa por la cabeza cuestionarlo. Son cosas que sólo cuestionaremos, o miraremos con curiosidad y sarcasmo en el futuro. Me pasaba cuando era niño. Naces y ya hay toda una serie de cosas que te vienen dadas. Algo tan sencillo como un váter, por ejemplo. Mis padres me contaban que no hacía mucho tiempo, la gente tiraba sus "sobras" por la ventana gritando "agua va". Aquello me parecía increíble. Este es un ejemplo exagerado, lo se. Pero hay miles de cosas, cosas que se usan diariamente, cosas que luego van desapareciendo, y que cuando nos fijamos en ellas en otro contexto, en otro momento o lugar, nos parecen extrañas, curiosas. Seguramente todos hemos tenido esta sensación de "¿me lo dices en serio?" en alguna ocasión.

Y esta es la sensación que tengo yo cuando trato de
"descontextualizar" las cosas que uso o hago de forma cotidiana. Cosas como pasar un control de seguridad en un aeropuerto... Ahí está todo el mundo, hablando como si tal cosa, esperando en fila india para perder su dignidad, para que un guardia le mire sus pertenencias personales, le cachee, le haga quitarse los zapatos y, Dios no lo quiera, le haga una "inspección de orificios"... ¡Y todo el mundo lo ve normal!

Espera. Todos no. Hay alguien en esa
cola, en una cola entre mil millones, alguien que ha existido pero que muy probablemente no exista nunca más, alguien que no ve normal esa cola. Una persona que se está riendo por dentro, incrédulo, ya que le parece increíble que le pongan su misión tan fácil. El hombre del que hablo es un terrorista. Terrorista tipo 11-S, que todo lo que necesita para secuestrar un avión y estrellarlo contra un edificio, lo lleva en su cabeza. ¿Armas blancas? ¿Líquidos explosivos? ¿Para qué?

Seamos realistas. ¿Alguien piensa que un terrorista no va a buscar otras maneras para atentar? ¿Alguien piensa que no va a salirse con la suya? ¿Alguien piensa que los aviones son más seguros porque te manden poner los líquidos en una bolsa de plástico? Pues si, son más seguros si a un terrorista despistado, que no se ha fijado en los mil anuncios de la nueva medida de seguridad, se le ocurre atentar con "el método de los líquidos". Entonces si detendremos el ataque... Pero a estas alturas, dicha medida sólo sirve para molestar a los pasajeros apresurados que no se acordaron el día antes de meter sus líquidos en una bolsa de plástico, que para evitar atentados de unos terroristas que llevan preparando sus "equipajes" desde hace meses...

La cruda realidad es que hay atentados. Pero no sólo en los aviones. ¿Qué pasa con los autobuses? Medios de transporte de decenas de personas. Sólo se diferencian en que no vuelan. Pero también son objetivo de ataques terroristas. ¿Por qué no hay controles de metales, cacheo, y demás parafernalia?


La gente tiene miedo a morir. Volando a 10000 metros de altura, parece que tenemos grandes probabilidades de morir. Pero todos sabemos que los aviones son el medio de transporte más seguro de todos. Por otro lado, no sólo podemos morir de repente en un ataque terrorista. Puede que un loco nos empuje a las vías del tren, que un coche nos atropelle por ir despistado mirándole el culo a una tía que acaba de pasar, o que a una señora despistada que está regando sus plantas se le caiga una maceta justo en nuestra cabeza... O incluso en un accidente aéreo que nada haya tenido que ver con el terrorismo. De hecho, las probabilidades de todas estas cosas son seguramente mayores que morir en un atentado. Podemos morir en cualquier momento, hay peligros acechando por todas partes. Pero sin embargo, la gente no va por ahí con casco y chaleco antibalas.

¿Por qué nos parece normal la seguridad en los aeropuertos? En todo este culebrón hay una tercera parte, además de nosotros y el señor terrorista. Gente a la que nunca le va a salpicar ni una gota de la sangre derramada por el terrorismo, o que al menos harán todo lo que puedan para evitarlo. Y lo que pueden hacer es todo. Los que mandan, la elite, los de arriba, llamarlos como os de la gana. Hay unos señores que viven acorazados en sus casas, y trabajan en oficinas acorazadas... Al menos acorazadas por tierra. El 11-S demostró que hay una remota y absurda manera de conseguir traspasar esa coraza. Y esa manera es por aire. Los misiles no son un problema gracias a sistemas antimisiles. Pero los aviones... Es tema complicado. Toda esta gente está acojonada. Que el terrorista mata a un civil: Qué pena, hay que acabar con esto y blablabla. Entre otras soluciones, se les ocurre lo que mencionaba antes Tyler Durden. Pero que el terrorista mate a un civil para intentar hacer daño a los de arriba... Uuuuuhh ni hablar. Es en ese momento cuando reaccionan y nos dicen a todos que tengamos cuidado porque pueden haber terroristas por todas partes, pero sobretodo en los aviones. Es lo que yo llamo, efecto Donette: Cuando te subes a un avión, salen terroristas por todas partes (este es mío).

Lo cierto es que todo este rollo de la seguridad los únicos efectos que tiene son: Molestar a la gente normal no-terrorista, que tiene un 99,999% de probabilidad de nunca jamás tener que decir "vaya, si no llega a ser por las medidas de seguridad, ese hombre al que se llevan arrestado nos habría matado a todos". 2º Crear un ambiente de desconfianza en los aeropuertos, y en la sociedad en general, que hace que cada vez haya más crispación y tensión, y mucha mala hostia por todas partes, lo cual, irónicamente, crea inseguridad. En definitiva, lo de la seguridad en los aeropuertos no sirve para nada salvo para crear inseguridad. Es decir, es una puta mierda.

"Veréis, hijos míos, cuando yo era joven, había tal psicosis en la sociedad, que la gente veía normal y lógico que te desnudasen antes de entrar en un avión por si llevabas una bomba...". Ojalá algún día mis hijos se rían de mí por eso. Prefiero pensar eso, a seguir pensando que puedo morir con cara de vaca hindú...

N. de A. Si BloGui-J no publica nada nuevo durante más de una semana, no será porque no tengo inspiración, si no porque probablemente el F.B.I., la C.I.A. o alguna otra panda de maricones con traje habrán censurado el blog y me habrán secuestrado. Si es así, por favor, venid a buscarme como sea... (Aunque, pensándolo bien, si no sois capaces de poner un puto comentario, creo que me sobra con que me recordéis como un hombre amigo de sus amigos, que se levantaba cada día con una sonrisa en la cara y una canción en el alma...).

domingo, 15 de julio de 2007

El Monstruo del Prat

Hace algo más de un mes, por culpa de la incompetencia que reina en esta nuestra sociedad, me hicieron perder un vuelo Barcelona-Santiago, y tuve que estar unas cuantas horas en el aeropuerto del Prat... Allí conocí a otro muchacho al que le había pasado algo similar, y juntos pasamos aquellas horas infernales. Después de "dormir" un rato en las sillas del aeropuerto (que si hubiesen querido hacerlas más incómodas no hubiesen podido...) y de hacer tiempo como pudimos, cuando el aburrimiento nos empujaba casi hasta la locura, pocos minutos antes de terminar nuestra larga espera, apareció ante nuestros ojos la criatura más repugnante, terrorífica y triste que habíamos visto jamás. Ni en los documentales de larvas más cochinos había visto algo tan abobinable. Y cuando la risa nos permitió mantenernos en pie, pudimos sacarle unas fotos en exclusiva para BloGui-J. Era un castigo de Dios, un insulto a la vida... Era...




¡¡¡EL MONSTRUO DEL PRAT!!!



Y cuanto más lo veíamos más nos entraba la risa. Esa pose temerosa, como si el ser estuviese pidiendo disulpas por haber nacido. Esa mirada perdida, vacía... Ese hilo de baba colgando hasta mojar el suelo... Y esos colmillos salientes, cual jabalí...


Y qué me decís de esa lengua caída de lado... Parecía que en cualquier momento el chucho diría "basta", y la palmaría al momento allí mismo. En definitiva, un vacile de animal... Lo mejor de todo era el dueño: Un tipo con aire chulesco, gafas de sol, y que apenas dirigía una mirada al animal, como intentando parecer que no era suyo. Y la verdad es que no me extraña, porque ir con semejante orzobuco por la calle debe de llamar más la atención que un coche tuning con reactor...