miércoles, 31 de octubre de 2007

El Arte del Aburrimiento

Desde hace aproximadamente un mes, cuando comenzaba octubre, habréis podido comprobar que la ya de por sí baja frecuencia de actualización de BloGui-J disminuyó todavía más, hasta se casi algo esporádico. Hay cierta inactividad, que los más allegados me empiezan a recriminar. "Ey, ¿que pasa que no publicas nada? ¡Necesitamos tus geniales palabras!", "¡Vuelve a publicar, genio!", "¡¡Te queremos!!", son algunas frases que oigo desde hace un tiempo por la calle...

Ahora es cuando tendría que veniros con una excusa del tipo "es que entre las clases y el trabajo en la mina, no puedo con el culo al llegar a casa" o "he estado preparando un supermegachachipiruli post, que os vais a cagar en todos mis muertos", o la no menos cachonda "me he estado matando a pajas de tal manera que tengo artritis en los dedos, lo cual me impide escribir"... Pero no. Ni trabajo, ni preparación de una mega-entrada, ni mucho menos pajas... Bueno, vale... Alguna que otra entrada tengo preparada... O qué pensábais...

No, lo cierto es que este mes ha sido un mes de hacer más bien poco... Y no veáis lo que jode. Y es que sí, ha sido un mes de vacaciones merecidas tras casi haber acabado la carrera, pero llega un punto en que, al no tener nada que hacer, el tiempo pasa cada vez más rápido, vacío, sin nada que contar. El tener la "obligación" de hacer algo (clases, trabajar, cursillo CCC, o lo que sea), ayuda considerablemente a tener ganas de llegar a casa y ponerse a hacer lo que sea. Cuando estas ahí, aburridísimo en clase o en el trabajo, no haces más que pensar en qué hacer cuando acabe el día. Así, cuando efectivamente acaba, tienes un montón de ganas de hacer eso en lo que has estado pensando, no te faltan ni inspiración ni ganas. Tienes ese tiempo limitado, lo sabes, y lo aprovechas.

Pero claro, ¿qué ocurre cuando el tiempo para hacer todas esas cosas creativas/ociosas es prácticamente ilimitado? ¿Acaso la diversión se vuelve también infinita? La respuesta es rotundamente no. El tiempo de "inspiración" del que antes hablaba, el que pasas currando, no existe. Por tanto, si no hay aburrimiento, no hay inspiración, ni ganas de divertirse tras ese aburrimiento.

Conclusión: Si no hay aburrimiento no hay diversión. Pero también, si no hay diversión, hay aburrimiento. Entonces, si no hay aburrimiento... ¡¡Hay re-aburrimiento!!

Aunque la conclusión de mi estudio pueda parecer ridícula a ojos de los no-ociosos, que están deseando que llegue el puente para tumbarse a la bartola y no hacer nada, lo cierto es que mi experiencia a lo largo de este mes es reveladora, y he podido llegar a otras conclusiones, no menos ciertas. He podido comprobar que, efectivamente, el aburrimiento a gran escala puede, como se suele decir, volver loco a la gente. Por tanto, una persona con tiempo libre ilimitado, acabará volviéndose loca por re-aburrimiento... Entendemos, pues, la razón de ser de gente como Pocholo o la familia real...

Ya para concluir, sólo deciros que, la próxima vez que estéis en clase o en el trabajo muriéndoos del asco, con unas ganas formidables por salir y divertiros, recordad que ese tiempo de aburrimiento es necesario para que luego exista la diversión y un aprovechamiento completo de vuestro tiempo. Cuanto peor lo paséis, mejor lo pasaréis después...
¡Que tengáis un asqueroso y aburridísimo día!

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabes la de veces que me ha pasado esto,jajajajajaja, buen estudio, por cierto, el nuevo blogui-j, no mola, asi que como el almendro yo personalmente te recomiendo que vuelvas.