viernes, 19 de febrero de 2010

Cine Español: La Redención

En las mentes de muchas generaciones de españoles, decir cine español es sinónimo a decir cine cutre, barato, de andar por casa, y con altas dosis de sexo y humor de dudosa calidad... Es así, no lo digo yo. Han sido muchos años de cine casposo, con guiones muy repetitivos, de baja calidad, previsibles, con interpretaciones más bien malas, y con un presupuesto que no sólo no era el suficiente para pagar la vanidad de nuestros profesionales del cine, sino que además se usaba mal. Pero parece que hay luz al final del túnel...

Lo venimos diciendo desde que vimos la grandiosa Celda 211. Tras una serie de intentos en solitario protagonizados por Amenábar (me cae gordo, pero hay que reconocer que lo hace bien) de alejarse de "la típica españolada", parece que otros se han unido a su escapada. Esperamos que el nombre de Daniel Monzón se oiga cada vez más fuerte en nuestro cine como en el extranjero, y que otros directores con ideas tan frescas se sigan uniendo a este movimiento que he calificado como el Movimiento por la Extinción de la Espñolada (sisi, MEÉ).

Parece que nuestro cine por fin se ha dado cuenta de que el cine americano no sólo es imbatible, sino que es bueno, es la solución, y que en lugar de darle la espalda y criticarlo sin razón negando la evidencia (el cine yanki mola), lo mejor es unirse a él, imitarlo lo máximo posible, siempre dejando nuestra marca hispana bien evidente, eso sí.

El otro día vi la gala de los Goya entera por primera vez en toda mi existencia (que si no me equivoco abarca la totalidad de la historia de los premios), y pude apreciar otros pasos dados hacia esa Extinción de la Españolada. En primer lugar, Alex de la Iglesia. Como a mucha gente, "El Día de la Bestia" me moló mucho, y Alex me caía bien. Por otro lado, la figura de "Presidente de la Academia Española de Cine" siempre me produjo cierto rechazo. No sé, supongo que estaba ligada a la mala imagen que tenía del cine español: Su presidente no podía ser nada bueno. Por ello, mi nivel de simpatía respecto a Alex disminuyó cuando obtuvo el puesto... Tras la gala del otro día, sin embargo, mejoró exponencialmente.

De la Iglesia transformó completamente la imagen que hasta ahora tenía este evento. ¿Cómo lo hizo? Aquí viene un segundo paso dado hacia la erradicación de la españolada: Empapando todo de ese americanismo que tanto nos irritaba hace unos años, y que parece que ahora con Obama es todo lo contrario. Si habéis visto los Goya de este año y comparáis la gala con la de los Oscar del año pasado entenderéis de lo que hablo. Quitando el absurdo tema de la alfombra verde (que uno de los actores que entregaban premios se apresuró a criticar al principio del evento), que parece que lo mantienen para tener contentos a los antiyankis (que en el cine son unos cuantos), las similitudes con la gala de los Oscar fueron tan evidentes que daba la risa...

Por Dios, ese Andreu Buenafuente (que por otro lado, estuvo inmenso), era la copia latina de Hugh Jackman. ¿Se me ha ido la olla? Puede que sí... O tal vez, tras ver el siguiente vídeo del comienzo de los Oscar 2009, en el que el australiano, que presentó la gala, da un recital de habilidades que hace levantar al público presente, tal vez después de verlo entendáis de lo que hablo... Son menos de ocho minutos, y os aseguro que es para mear y no echar gota...

N. de A. Los del llutuf no me dejan instertarlo, así que pichad en el enlace y volved luego para seguir leyendo: Número de apertura de Jackman en los Oscar 2009

Bueno, tal ve no. Jackman hace gala de un talento que pocas veces se puede ver, cantando, bailando, actuando, improvisando, y todo ello con una naturalidad y una simpatía inauditas... Por nuestro lado, Buenafuente, aunque estaba más nervioso que un pollo en un corral, también deleitó con algo de interpretación y humor de la casa. En los Goya también tuvimos algo de musical, protagonizado, no por Andreu, sino por dos caras conocidas que daban uno de los Goya, y que hicieron exactamente lo mismo que Jackman, es decir, una canción en la que van describiendo las principales películas nominadas... Si eso no fuera poco, el detalle de ir por el público metiendose con algunos actores, cosa que hace Jackman, también lo tuvimos aquí, aunque hay que decir que Resines no se tomó la coñita de su calva tan bien como los actores de Hollywood, o quizás sea que Buenafuente impone menos que Jackman...

Y si seguís pensando que exagero con los parecidos entre ambas galas, una última cosa: En el vídeo que os pongo no se ve el momento, pero más adelante durante la gala, Jackman hace un chiste con Angelina y Brad Pitt, juntos y presentes en primera fila... Pues bien, ¿a que no adivináis que superpareja de actores españoles se vio por primera vez juntos en los Goya? ¿Y a que no sabéis quién se dirigió a ellos en plan guasón? Tate.

Pero oye, que muy bien. Me alegro sinceramente. Los Goya de este año fueron los más vistos de la historia, y eso es por algo: Buen cine, buena gala y buen presidente de la Academia. Enhorabuena.

Eso sí, y ya para terminar, como dije al principio, esto son sólo unos pequeños pasos hacia la Extinción de la Españolada. Todavía quedan muchos. Y el más importante de todos ellos es convencer al gran público que el cine español, después de todo, no es basura.

lunes, 15 de febrero de 2010

Cascada en la Camelia

Corría el año 2003. Unos amigos conversaban animadamente en la parte de atrás de un autobús que les llevaba en dirección a la periferia gallega, concretamente al Cebreiro, desde donde partirían andando hasta Compostela, por eso de hacer el famoso Camino (cuadra bien que este año sea Xacobeo para contar esta anécdota). Pero bueno, esta información, en realidad, no es lo que importa en este post.

Lo que nos ocupa ahora es uno de los temas de conversación que surgieron en aquel viaje en bus. En aquellos tiempos, corría el rumor de que, al parecer, estaban planificando la remodelación de la cuesta de la Camelia (conocida calle de Compostela), y entre las novedades que se incorporarían, el ayuntamiento barajaba la posibilidad de instalar una fuente en forma de cascada que decorase la parte central de esta empinada calle peatonal... (N. de A.: Para los que no sean de Santiago, la cascada, como se ve en la foto, terminó instalándose).

De esto estábamos hablando, bromeando, cuando pensé que, si el proyecto finalmente se llevaba a cabo, muchos negocios adoptarían el nombre "La Cascada", en referencia a la nueva infraestructura. Así, seguramente veríamos una peluquería "La Cascada", una carnicería "La Cascada", panadería "La Cascada"... En fin, a cualquier negocio le quedaría bien ese nombre si abriese en esa calle. Pero de entre todos los posibles negocios que abrir ahí, había uno al que el nombre le quedaría que ni pintado, y fue uno de nosotros (autor del inactivo Blackmouth.es, que lleva con el chiste del polvo y la cagada desde hace más de dos meses...) al que se le ocurrió el comentario del día, creativo a la par que ingenioso: "Si, claro, Sexshop La Cascada"...

Si, lo se, tampoco es un chiste tan bueno... Ya se sabe, es mejor verlo que contarlo... Pero os preguntaréis, "¿y a mí qué coño me importa la anécdota esta?". Pues bien, todo esto viene a que, encontrándome yo paseando por la capital gallega, he aquí que me encuentro con un café-bar, con un nombre que me sonaba de algo...

Lo más curioso es que ni siquiera está situado en La Camelia (¿?)

miércoles, 27 de enero de 2010

Goyo... Yo... I love you so much...

No soy el primero en opinar que Goyo Jiménez es, sin dudarlo, el mejor monologuista español de los últimos tiempos. Todos los que han visto su monólogo sobre "Los Americanos" en Paramount Comedy o en YouTube (dividido en tres partes, 1, 2 y 3) lo han podido verificar (sino, ¿a qué esperáis?).

Su forma de hablar, rápida como el hombre de Micromachines, combinada con un léxico inagotable, y una improvisación tan ágil y fluida que es casi imposible saber cuándo la hace, dan a sus monólogos una frescura y una gracia sin igual. Los temas de sus monólogos pasan de lo cotidiano a lo surrealista en un segundo, y veces ocurre el curioso efecto de que uno se ríe antes de pillar la gracia... Es casi como si el chiste viajase en el tiempo...

Toda esta combinación de arte la adereza con algunas coletillas que sus admiradores conocemos bien, como son el "para los de la Logse...", cuando utiliza una palabreja demasiado culta; o el no menos conocido "mejor no lo digo, lo hago", que es lo que precede a una pequeña interpretación propia de lo que está contando, que personalmente considero la guinda de sus monólogos, pues muestra un abanico de personajes, gestos, voces e incluso sonidos, dignos del negro de los ruiditos de Loca Academia de Policía...

Por todo esto, cuando hace un par de semanas me dijeron que íbamos a ir a ver al mismísimo Goyo Jiménez en vivo y en directo, tuve que cambiarme los calzoncillos cuatro veces...

Y he de decir que, si os ha gustado por la tele, en directo os vais a enamorar. Sublime. Enorme. Un genio. No tengo palabras para describir las dos horazas de monólogo (con un pequeño intermedio), con las que nos deleitó en la Chocita del Loro, una pequeña pero muy bonita sala de teatro (un café-teatro, de estos que en lugar de butacas tienen mesas y sillas, como si fuera una cafetería; a lo Paramount, vamos) de la Gran Vía madrileña.

No quise spoilearme la actuación antes de ir, así que no miré nada en Internet, aunque por el título de la misma, Aiguantulivinamerica, pude sospechar que tendría algo que ver con el monólogo de los americanos que ya había visto choporrotocientas veces en Youtube. En efecto (no os voy a mentir), la actuación tenía muchos chistes incluidos en esa media horilla que podéis ver en internete. Pero claro, esto eran dos horas, y aunque algunos chistes eran calcados a la actuación de la Paramount, muchos otros los variaba (y mejoraba) sutilmente, y otros eran (claro está) inéditos para mí. En cualquier caso, tampoco me molestó ver en vivo y en directo la escena del Mike y el Joe, o como esa madre americana se levanta a las cuatro de la mañana para preparar (en su enorme cocina, que cabe todo mi puto piso en la mesa de la cocina de un americano) esa ingente cantidad de desayuno, ingente para los de la Logse, muchísimo...

Pero el verdadero orgasmo vendría después del descanso. Nosotros estábamos sentados en la primera fila, al lado del escenario. Es curioso pero, durante el descanso, hablamos de lo que nos estaba pareciendo la actuación, y también de lo que nos gustaría que añadiese al espectáculo. Uno de nosotros echó en falta más politiqueo. Yo dije que si Goyo viniese a hacernos alguna pregunta o comentario, como ya había hecho con otros sentados en otras mesas (los típicos vaciles del Stand-up comedy), sería totaaaal (sisi, como el anuncio...). Lo curioso es que, al rato de empezar, sacó el tema del AirForce One, de la reacción del presidente americano ante un ataque terrorista (basándose en la peli de Harrison Ford), y de cómo habría sido con políticos españoles (la imitación de Rajoy fue espectacular)... Es decir, metió algo de política en la actuación... Pura coincidencia, supongo...

Pero al rato, sucedió lo que a continuación transcribo:

- Goyo: (Hablando de los americanos) A la hora de conquistar, cómo no van a ser mejores que nosotros. Si tienen frases para todo, imaginaos la de frases que tienen para entrarle a las tías. Es acojonante...
(Dirigiéndose a nosotros) Perdón, ¿sois novios?
- Nosotros: Si
- G: ¿Si? ¿Qué te dijo cuando te entró?
- N: No me acuerdo.
- G: ¿No te acuerdas?... O sea, tuvo que ser una mierda tremenda...
...
- G (dirigiéndose a mí): Hay que tener una frase estupenda, tío... Te voy a dar una... Si hubieses sido americano hubieses dicho algo como: "Qué hace un sitio como este alrededor de una chica como tú"
(La gente aplaude)
- G: No, no, no aplaudáis, que el chico ya está bastante humillado. Aunque así aprende la lección, aprende a valorar a las mujeres... No, pero él no tiene la culpa. ¿Cómo te llamas, chaval?
- N: Gui...
- G (cortándome): No interesa, da igual... A ver, no, mira. Si no sabes no pasa nada. Te recomiendo, cuando tengas que homenajearla otra vez, si no sabes qué decirle, haz como los americanos... Aunque claro, estos (el público) no son americanos y no te ayudarán. Porque en América la gente es solidaria para el amor, ¿me entendéis? Si, me explico: Cuando no saben qué decir, cuando están agobiaos, hacen un sistema que cuentan con la ayuda de los demás. En América se ayudan mucho... A la hora de ligar si no saben qué decir la gente está atenta para ayudar. Por ejemplo dicen: "Preciosa... Yo... Ehm... Yo... (cantando) I love you so much, my sweet honey girl..." Y todos los que están alrededor en la calle se vuelven y dicen: (cantando otra vez) "He loves you so much, you sweet honey girl..." Y se saben la letra y los bailes: La niñera con el carrito, el policía con la porra... Pero esto es España. Aquí no somos solidarios con el folleteo... Aquí somos el perro del hortelano, "ni follo ni dejo follar"...
...

El resto de la actuación la seguí en estado de shock. Sólo podía pensar en que habíamos sido protagonistas del más que mítico "I love you so much" de Goyo Jiménez. No me lo podía creer...

El espectáculo, que siempre fue "in crescendo", a lo Ponteufórico Mix de Barney Stinson, finalizó por supuesto con la conclusión de que podemos ayudar a los americanos, porque ellos están perdiendo guerras porque no saben insultar, y nosotros sí, gracias al rico léxico de nuestros amigos los gitanos. Pero además añadió que, como admirador de la cultura americana, se despediría como los pastores de las iglesias anglosajonas, en la puerta, saludando a cada miembro de su "rebaño"... Y así hizo:

No se aprecia, pero estaba casi llorando de la emoción...

lunes, 18 de enero de 2010

Harry Potter, el artículo para los que se niegan a leerlo

Ya está, lo he conseguido. Tras unos cinco meses de lectura "casual" (es decir, sin dedicar demasiados esfuerzos a ello, sólo ratos muertos), al fin he terminado la última página del séptimo tomo de la saga de J.K. Rowling...

domingo, 17 de enero de 2010

¿Regreso al Pasado?

O quizás sea más correcto hablar de "renovación" del pasado.

A punto de cumplirse 25 años del estreno de una de las mejores películas de la historia (este año repetiré esto hasta la saciedad), ha aparecido una noticia la mar de suculenta sobre uno de los protagonistas de la cinta. Hablo, claro está, del DMC 12, más conocido por todos como "Delorean", con el que Marty y Doc daban saltos en el tiempo cuando sobrepasaban los 140 kilómetros por hora...

Por todos es sabido (y sino, ahora lo sabréis), que la fábrica en la que se creaba este maravilloso "cuatroruedas", situada en Irlanda del Norte, fue cerrada en 1982, apenas un año después de iniciarse la producción. Sin embargo, un americano amante del DMC12, que tenía un pequeño taller de reparación de De Lorean´s en Texas, anunció en 2007 que reiniciaría la producción del entrañable vehículo, aunque de forma artesanal y, por tanto, muy limitada.

Esta noticia ya me puso palote en su día, pues por menos de 40.000 pavos (un precio bajo para un deportivo que ya no se fabrica) podría cumplir uno de mis sueños de infancia (es que ya me veo abriendo su puerta de "ala de gaviota", con su particular sonido hidráulico...).

Pero la noticia de hoy es, si cabe, más motivadora: En la página oficial de De Lorean, un banner anuncia, de manera oficiosa, la futura aparición de lo que denominan New De Lorean, y adjuntan el diseño del prototipo.

¡Eh! Es un De Lorean, ¿verdad?

Así que eso, un nuevo De Lorean... Con una línea más moderna y un aspecto todavía más deportivo. Destacar el parecido de la parrilla con los Aston Martin. Por lo que parece, habrá una versión descapotable, aunque la versión "capotada" conservará mejor la esencia del original, con ese parasol sobre la luna trasera y (esperemos) puertas en forma de "ala de gaviota" (que sería imperdonable no instalárselas). El aspecto del coche es muy distinto al original, cierto, pero llevar el logo de De Lorean en un coche moderno tiene su aquel.

Si, lo sé, no es lo mismo... Pero mola.

miércoles, 13 de enero de 2010

Voces en Palabras

Oyes un anuncio en la tele, aunque no la estás mirando. En seguida reconoces la voz del que habla, pero al alzar la vista hacia la pantalla, ves a una persona que no te esperabas. Miramos al vacío, intentando recordar de qué nos suena esa voz, seguramente porque la habremos oído en tantas ocasiones que no la logramos asociar con nada en concreto. Otras veces sabemos directamente de quién es la voz, cuando ésta es muy característica. O más bien, sabemos a qué personaje suena dicha voz, porque son muy pocos los que podrían nombrar al actor de doblaje a quien en realidad pertenece.

Es lo que tiene una de las profesiones más satisfactorias, y a la vez más castigadas que seguramente existan. Satisfactoria, por la creatividad, por lo bonito que es estar tan cerca del cine y la televisión, por trabajar codo con codo (aunque no físicamente) con los mejores actores, mimetizarse con ellos, y por supuesto por el reconocimiento de la voz entre el público... Porque se queda sólo en eso, en la voz.

El reconocimiento de la persona es prácticamente inexistente. Y repito lo extraño que es que suene la voz de Robert de Niro o de House o de Peter Griffin, y todo el mundo las reconozca y las admire, pero al mismo tiempo muy poquita gente sepa que los que emiten dichas voces se llaman Ricardo Solans, Luis Porcar y Juan Perucho, respectivamente.

Esto tiene la gran ventaja de que, si no hablas mucho, no tendrás a un ejército de fans persiguiéndote pidiendo autógrafos, fotos y demás, que siempre molesto (creo). Y aunque hables, probablemente sólo causes un momento de desconcierto y puedas escapar antes de que nadie se de cuenta de quien eres...). Pero claro, lo de ser famoso, aunque a veces sea molesto, también implica unos beneficios exponenciales... De los que los actores de doblaje carecen en gran medida...


Esa voz me suena...

De todo esto y de muchas más cosas hablan muchas de las mejores voces del doblaje de nuestro país en el documental de Alfonso S. Suárez, "Voces en Imágenes", uno de los pocos que se pueden ver sobre este mundillo, y el único que va tan al fondo de la cuestión, tocando todos los aspectos de la profesión durante más de dos cuidadas horas, y relatado por los propios actores. Probablemente os sonarán las caras o los nombres de pocos o ninguno de ellos. Pero sin duda, si cerráis los ojos y os concentráis mínimamente, reconoceréis la voz de casi todos ellos.

Se pueden tener opiniones muy variadas con respecto a la labor de estos profesionales, y sobre si está bien o mal que en España se doblen tanto las películas y series... Pero lo que no se puede negar es que es una profesión muy bonita, interesante, y también emocionante. No hay más que ver la cara de estos actores al hablar de su trabajo. Seguro que más de uno de nosotros ha soñado en más de una ocasión en tener la voz de uno de ellos para hablar como alguno de nuestros personajes favoritos.

Os dejo aquí el enlace para bajaros el documental por descarga directa (es muy difícil comprarlo...), así como la versión OnLine. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.

- Descargar en MegaUpLoad

- OnLine:



Para más información sobre el mundo del doblaje, podéis consultar la base de datos del doblaje en España (http://www.eldoblaje.com/), muy útil cuando querráis saber qué actor dobló a tal personaje, o si éste es el mismo que este otro...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Miliki: El Alma de la Fiesta

Sin duda si hay un juego que ha marcado un antes y un después, ese es el SingStar. Las fiestas ya no son las mismas desde que este infierno aterrizó en nuestras consolas. Antes se celebraban fiestas con dos únicos y claros objetivos que eran, uno, ligar, y dos, echarse unas risas con los amigotes (siendo este último una excusa para no aceptar que habíamos fracasado en el primero...). Ahora tenemos un tercer objetivo, nuevo, y me atrevería a decir que independiente de los otros (porque, al menos en mi caso, el canto no es, bajo ningún concepto, un método de cortejo): Ahora, las fiestas giran en torno al Sing Star...

Es curioso cómo los videojuegos han ido tapando huecos de nuestra vida cotidiana con nuevos títulos, cada vez más rebuscados. Lo primero fue que se pudiera jugar contra una persona real, algo básico, que añadía mucha jugabilidad, puesto que podíamos insultar a nuestro adversario (y obtener respuesta). Luego llegaron los "multipads", con los que podíamos incorporar a la partida a cuatro jugadores, y evitar el coñazo de "pasar el mando", aunque ciertamente (salvo en alguna gloriosa excepción como el Golden Eye de la 64) no era lo mismo...

Con la Wii se alcanzaron contextos inverosímiles, como el "juego para toda familia", en el que desde los más pequeños a los más ancianos pueden jugar juntos y sin demasiada dificultad. Con el WiiFit se incorporó el verdadero ejercicio al mundo del videojuego (algo que hasta ahora se limitaba a los pulgares...). En los últimos tiempos han salido videojuegos para todo, desde cocinar hasta cuidar caballos, pasando por hacer las tareas de la casa... Se puede decir que ya no hay actividad de la vida real que no esté representada en un videojuego...

El terreno de la fiesta, como decimos, se conquistó gracias a juegos como el Buzz o el SingStar... Y ahora que se ha conquistado, se ha decidido ir mucho más allá, dar una peligrosa vuelta de tuerca... Está claro que el mejor amigo del SingStar es el alcohol. Es una verdad incómoda pero es innegable. Pocas son las personas que se han atrevido a iniciar este juego sin un par de copas encima, y aquellos que lo hayan hecho habrán visto claramente que "no es lo mismo"... Hay SingStars para todos los gustos, pero los que han aparecido últimamente son para echarse a temblar. Se están abriendo puertas peligrosas en este mundillo... Igual que en los últimos años en el mundo del videojuego se ha llevado la política de "un juego para cada situación", me atrevería a decir que los creadores de la familia SingStar, London Studios, están siguiendo la política "un SingStar para cada pedo", sacando algunas joyas aptas sólo para los más valientes.

Si ya en su momento aplaudimos la aparición del SingStar Clásicos (con temazos como "El Toro Guapo" o "Como una ola"...), y nos emocionamos con el SingStar Disney ("Dubidú, quiero ser como tú"), ahora nos asustamos con la aparición de un nuevo disco a añadir a la colección: SingStar Miliki... La lista de canciones es para mear y no echar gota:

- ¿Cómo están ustedes?
- Chinito de amor
- Dale Ramón (con la colaboración de ‘Siempre Así’)
- El barquito de cáscara de nuez
- Feliz en tu día
- Había una vez un circo
- Hola don Pepito
- La gallina Turuleca
- La tabla del uno
- La tabla del dos

- La tabla del tres
- La tabla del cuatro
- La tabla fabulosa del cinco (la tabla del cinco)
- Rocktiplica el 6 (la tabla del seis)
- Siete (la tabla del siete)
- El vals del ocho (la tabla del ocho)
- La rumba del nueve (la tabla del nueve)
- Diez raperos (la tabla del diez)
- Los días de la semana
- Mi familia
- Navidad con paz
- Pepe trae la escoba
- Pinocho
- Poromponpóm Manuela
- Susanita

Desde luego, la franquicia parece no tener límites... Desde BloGui-J, y si se nos permite la sugerencia, nos gustaría aportar un par de ideas para posibles futuros SingStars que sigan con esta línea etílica sin fin: SingStar Series de los 80 (a quién no le gusta cantar a todo meter "Oliver, Benji, los magos del balón"); SingStar Cánticos del Fútbol (con títulos como "Oeee, oe, oe, oee", o el no menos conocido "que lo vengan a ver, esto no es un portero es una puta de cabaret"); y, ya puestos, SingStar Canciones de Borrachos (con poner las infinitas versiones del "Camarero, camarero" tendríamos canciones suficientes para varios juegos, y sino que se lo pregunten a Reina...).

Desde aquí pedimos a las autoridades que, ante la ingente cantidad de opciones a elegir y para no aturdir al comprador, se indique en la carátula del juego los grados de alcohol necesarios para jugar a cada título. En el caso de este nuevo SingStar Miliki, bastaría con poner en letras bien grandes "ATENCIÓN: Este juego requiere cantidades de alcohol cercanas al coma etílico"... De ese modo podremos disfrutar mucho más cantando el "Hola Don Pepito"... Que ya me imagino a alguno respondiéndo a Miliki "¡¡Hola Fondo Sur!!"...

Yo ya tengo el Clásicos y el Disney, y no descarto adquirir este otro, aunque sólo para fiestas extremas... Me imagino sacándolo de una caja guardada bajo llave, con manos temblorosas, ante la expectante mirada de los etílicos invitados...

martes, 24 de noviembre de 2009

Cine como Mandan los Cánones

El otro día fui al cine por primera vez desde que resido en la capital española. Para ello, y sabiendo que, sí o sí, iba a tener que desembolsar una suma de dinero bastante más importante que lo que pagaba en Santiago (y que ya es exagerado), decidí buscar en la red un buen cine, uno que mereciese la pena pagar. Además, la película escogida fue 2012, y no hace falta decir que tiene unos efectos especiales de mear y no echar gota, así que merecería la pena.

Descubrí entonces el Kinépolis, situado en la Ciudad de la Imagen. Con ese nombre, seguro que no defraudaba. Está en las afueras de Madrid, en Pozuelo de Alarcón, así que lo mejor desde el centro es coger el coche (si no, también llega el transporte público, metro hasta Colina Jardín, y transbordo al tranvía), y se llega en apenas 20 minutos desde el centro. El desplazamiento es casi inevitable en una ciudad grande, así que, puestos a moverse, mejor irse a las afueras, que es donde se encuentran los cines más decentes.

El segundo factor que más temía, como comentaba antes, era el del precio. En Santiago, en el Área Central, ya rondan los seis euros (y en algunos casos los superan), lo cual me parece completamente fuera de lugar, pues las salas son bastante limitadas. A veces duele pagar eso por unas instalaciones que casi casi tenemos en casa... Eso sí, yo siempre dije que estaría dispuesto a pagar incluso más que los seis euros por una sala decente. Y este iba a ser el caso. Pero para mi sorpresa el precio tampoco se alejaba mucho: Algo más de siete euros, un domingo, y para una película estrenada esa misma semana. Me quedé sorprendido, pero más lo iba a estar al llegar al sitio.

Un edificio cúbico de grandes proporciones, de piedra blanca, con las letras de Kinépolis brillando en la fachada. La entrada, con enormes puertas de cristal, daba paso a un hall con un techo infinito, con las taquillas en medio, abarrotadas de gente. Aquel lugar tenía un ligero aire a la bolsa de Nueva York... Pasando de las taquillas (pues habíamos tenido el reflejo de comprar las entradas por Internet, lo cual no sólo te evita colas interminables, sino que además te permite escoger los mejores sitios), penetramos a la zona en la que se encontraban las salas.

Era un enorme pasillo, tan ancho que podría decirse que era más bien una sala. Aqui los techos eran mucho más bajos que en el hall, y estaba todo enmoquetado de arriba abajo, creando esa atmósfera de insonoridad propia de los cines. A cada lado del pasillo se encontraban las entradas de las 25 enormes salas que conformaban aquel paraíso cinéfilo. La disposición recordaba a alguna peli de ciencia ficción, siendo las puertas de cada sala el acceso a las naves espaciales que permiten viajar a planetas remotos... Para reforzar esta idea futurista, entre las entradas de las salas encontramos diferentes salones, abiertos al pasillo, con confortables sofás para la espera antes de entrar en la sala, y con decenas de pantallas planas, en las que se emiten los trailers y anuncios de turno, pues una vez dentro de la sala, no veremos anuncio alguno antes de la película.

Nuestra sala, la número 25, no se encontraba en los laterales del pasillo, sino que estaba al fondo del todo. Era la más grande. Dos enormes puertas, una a cada lado de la sala, se abrieron para dejar paso a las más de 1.000 personas que caben en la sala, que ese día estaba al completo. A los lados de cada puerta, una placa plateada con letras negras indicaba que la sala estaba certificada por THX.

La inmesidad de la sala era abrumadora. Los más de 1000 asientos se disponían como en un anfiteatro, con pendiente, de tal forma que los altos no podamos molestar... Los gordos (o la gente con piernas largas...) también estarían cómodos: Los asientos, que ya están desplegados (no son plegables), tienen suficiente espacio como para estirarse sin problemas. Tampoco hay problemas con compartir posabrazos, pues son anchos para dos brazos.

La pantalla (de 25x10 metros, según me he informado) te hace sentir pequeño, y una ligera curvatura hace que la imagen sea, literalmente, envolvente... Añadir que estabamos en la fila 4. Esto, en otros cines, supone adoptar posturas imposibles si quieres evitar una tortícolis durante una semana... En este caso, en el que la pantalla es tan grande, se podría pensar que sería todavía peor. Nada más lejos. Incluso en esa fila la comodidad es insuperable y la imagen se ve a la perfección. El truco, han dejado un amplio espacio entre la pantalla y la primera fila. Y cuando digo amplio, me refiero a muchos metros, me refiero a que, sin exagerar, una sala de cine normal cabría en ese espacio...

Lógicamente, una sala de estas características es ideal para una película con tanto efecto y tanto sonido como 2012, pero he de decir que hacía tiempo que no salía tan contento del cine... Y con tantas ganas de repetir. Es una pena que, en una ciudad como Santiago, volcada con la cultura y con un festival de cine anual medianamente importante, no haya un cine con características similares. Alguno me vendrá con que, con la piratería, en Santiago no se llenaría...

Precisamente, este tipo de salas devuelven al cine la espectacularidad que se merece y que tenía antes, nos da un servicio imposible de tener en casa (y menos con el screener de turno...). Las salas que antes podían atraernos (porque en casa teníamos teles de tubo con VHS), ya no nos atraen, están obsoletas. Ahora cualquiera con algo de interés puede tener en casa un proyector con Dolby Surround y BluRay, y tendremos un servicio casi igual al que hay en muchos salas de cine (todas las de Santiago). No niego que las descargas legales hagan que nos de pereza ir al cine y pagar por ver bodrios cuando podemos verlos cómodamente en casa, pero si nos ofrecen un servicio espectacular, que nos haga movernos del sofá, ya casi dará igual la película que vayamos a ver.

martes, 17 de noviembre de 2009

Prison Break "a la española"

Hay que ser realistas: A la gran mayoría de mortales de este gran país nuestro, cuando oímos hablar de cine español, se nos pone la piel de gallina y se nos hincha la vena de la discordia (el que la tenga). Vamos, que no agrada. Es así. Han sido demasiados años de "cine de barrio", Esteso y Pajares, y Marcelino, Pan y Vino... Cine casposo, bueno para el que le guste, pero lejos de ser atrayente por los siglos de los siglos.

Y siempre salíamos con la misma excusa: Es que los americanos se lo comen todo (seguimos hablando de cine), no hay manera de competir con ellos, tienene mucho dinero, no es comparable... Y si con alguien hay que medirse al hablar de cine (o de cualquier otra cosa), es precisamente con los que dominan la materia. Y me saldrá el gafapasta de turno alegando que el cine comercial yanki es una mierda para gente vulgar poco inteligente... Bueno, pues dejemos que ellos sigan viendo la bazofia intelectual que tanto les gusta, pero que nos dejen a nosotros ver lo que nos gusta, que finalmente (y como la mayoría de nosotros somos gente vulgar y poco inteligente) será lo que de dinero al séptimo arte...

Gracias a Dios, parece que el cine español va teniendo cada vez más adeptos al cine que gusta, al que se come por los ojos y los oídos, y que, incluso, puede llenar salas aquí y en el extranjero. Hago un paréntesis aquí para decir que sí, que yo también me descargo películas de forma "ilegal", pero fíjate qué curioso (y juro que no lo hago a propósito), no es el caso de las españolas. Todas las películas españolas que he visto en los últimos años (las que me interesaban, que no han sido muchas) las he visto en el cine, pagando religiosamente. Seguro que no soy el único. Y luego vienen con lo del canon y su p... madre. Señores, la gente no se descarga pelis españolas. No por nada, sino porque (la mayoría) son tan malas que nadie las quiere ver, ni gratis... Esto es así. Aunque es tema para otro post.

Ahora estamos con otro tema bien distinto. Celda 211. La última española (que no españolada...) que he ido a ver al cine. Será porque es española y siempre tienes en mente la posibilidad de salir decepcionado del cine. Por mediocre que sea, se valora... Pero lo cierto es que, en Celda 211, por momentos piensas que no estas viendo cine español. O incluso que lo de que el cine español es malo es algo que ocurre en una aterradora realidad paralela, lejana a la nuestra, y que en realidad nuestro cine es muy digno... Pero no, es española, y hay que estar orgullosos de ella. Lo cual en los tiempos que corren, no es poco.

No quiero entrar en detalles de la película. Como siempre digo, hay sitios mejores en Internet, más especializados en el tema y en el que podréis leer la sinópsis, el resúmen, la crítica., la talla de condones de Tosar (aunque Malamadre hace tiempo que no los necesita... ¡Ehhh!)... Y mil detalles sobre la película. Tan sólo decir que la gran mayoría de interpretaciones protagonistas son un verdadero lujo, empezando por los gallegos Luis Tosar y Luis Zahera (que así se llama en realidad Petróleo, el de Mareas Vivas), que se consagra como secundario de auténtico lujo en nuestro cine. También Alberto Ammann, que interpreta a Juan Oliver (el otro prota) ha sido todo un descubrimiento, con un papel bastante complejo.

Como reza el título del artículo, la peli tiene toques de la conocida serie americana, sobretodo por lo de que el espectador se termina encariñando de los "malos", y también por la tensión que te fustiga por momentos, ante los inesperados giros que da el argumento. Esto lo mezcla con la crudeza del mensaje de fondo que transmite, y lo adereza con ingredientes de la tierra, como el tema de la ETA, que también incluye el guión.

En fin, una muy buena película, que está arrasando en taquilla por méritos propios, porque en este país, a pesar de lo que piensan muchos acomplejados, sí que tiene gusto por el buen cine. Pero claro, como decía al principio, quizás el problema no sea de la gran mayoría de nosotros (cerdos ignorantes), sino de esos pocos que han decidido durante muchos años, casi dictatorialmente, cómo quieren que sea nuestro cine. Los mismos que, de forma inexplicable, han pasado por alto esta películaza para ni tan siquiera proponerla (ya no digo elegirla) como candidata a los Oscars 2010.

Poco a poco
, supongo...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Los Pilares de la Tierra: Crítica Reconstructiva

...que no "de la mierda"...

A
yer, tras unos cuatro meses de lectura (sí, soy lento leyendo, aunque tambien es cierto que, hasta el último mes, no estuve leyendo con demasiada continuidad), por fin finalicé la última de las 1033 páginas de este pedazo de libro escrito por el autor de nombre gracioso, Ken Follet (primo segundo de Gaylord Folien...).

Y digo pedazo de libro por el tamaño, que no por la calidad. Y antes que los gafapastas que lo hayan leído se me echen encima, avanzo que tampoco es que piense que es una mierda de libro ni mucho menos. El libro es bueno, no lo niego. Pero vamos, las expectativas que uno se hace ante la obra maestra de este autor, best seller con más de 14 millones de copias vendidas, en mi caso no se cumplieron.


Para empezar, el libro se hace denso, demasiado. Tarda mucho en llegar a enganchar, y cuando lo hace pierde fuelle por momentos. Hay algunos momentos frenéticos, en los que necesitas seguir leyendo, pero son contados. Y como digo, tardan en llegar. Yo no los encontré prácticamente hasta la mitad del libro, es decir, sobre la página 400 o así... Que hasta que llegué ahí hubo demasiados momentos en los que me preguntaba por qué estaba torturándome de esa manera...

Seguro que el juego se hace más ameno...

Por otro lado, aunque relacionado con el punto anterior, está la manía del autor de describirlo todo hasta la saciedad. Eso en principio no es malo. Me gustan los libros descriptivos. Pero este tío se pasa tres pueblos. Y ya cuando se pone a describir, paso a paso, las acciones que realiza un personaje en un momento dado, hasta el mínimo movimiento y pensamiento, para que luego resulte que lo que estaba haciendo el personaje no sirve para absolutamente nada salvo para rellenar páginas... Pues cansa. Y esto lo hace en más de una ocasión.

Esto es así dos tercios del libro. Muy denso, como digo. Y de pronto, hacia el final del libro, pega unos acelerones absurdos, en los que pasa al extremo opuesto: Obvia un montón de detalles que sí se echan en falta en la lectura. No voy a entrar en detalles porque no quiero espoilear uno de los tramos del libro que más me gustó, pero lo cierto es que me sorprendió (porque además es repentino) que pasase de la descripción exhaustiva, a una mera citación casi esquemática de los hechos...

Por lo demás, la historia (o más bien, las historias, pues son varias entrelazadas) está muy bien, sobretodo teniendo en cuenta que gira en torno a la construcción de una catedral, tema que, a priori, puede resultar demasiado especializado (y aburrido). Personalmente me encantan los libros que mezclan ficción con hechos históricos, como ocurre en este libro, en el que los personajes se topan en hechos reales que ocurrieron en la historia, así como con personajes de enciclopedia. En este caso te acerca de un modo muy didáctico a la Edad Media, una época tan extensa como escasa de contenido...

Destacar también la gran cantidad de personajes principales que van evolucionando de una forma bastante coherente (los niños malos se vuelven adultos malvados, y los buenos, buenos se quedan) durante la extensa línea temporal que cubre el libro (unos 40 años), así como el tipo de narración, en tercera persona, aunque enfocado a cada personaje. Así, cuando el libro se centra en la historia de uno de los malos, el narrador toma su forma de pensar y narra según la retorcida lógica del personaje en cuestión. La trama se va cubriendo así de forma lineal, alternando el punto de vista de la historia según el personaje que en cada momento toma protagonismo, de tal manera que podemos visualizar los movimientos de cada uno de los personajes en cada momento, aunque no formen parte de la trama todo el tiempo. Por ejemplo, si en un momento dado, se narra que uno de los personajes planea atacar a otro, después se narrará lo que está haciendo este otro mientras (nosotros) sabemos que el primero se dirige hacia él para meterle una espada por el ojete...

Otro punto que quiero destacar en esta pequeña crítica del libro, y que no leeréis en ninguna otra crítica o resumen, ni nadie que lo haya leído os confesará, son las múltiples escenas subiditas de tono que se describen a lo largo de toda la historia. Es algo que llega a ser enfermizo. Auténticos relatos porno. No exagero, el nivel de detalle (igual de exhaustivo que en el resto de la historia) llega a ser escabroso, con momentos en el que se describe, por ejemplo, una violación de dos hombres a una pobre adolescente (con pelos y señales), o como un puta se queda con el "producto" de dos clientes en la boca ("el líquido caliente", como menciona el autor), para luego escupirselo a la cara de uno de ellos... Estos son sólo un par de detalles de cientos de los que hay en el libro, que por momentos parece que estás leyendo un capítulo de "Llámalo X", más que una novela seria de la Edad Media...

En fin, no me enredo más. El libro está bien, leedlo, y además haréis bíceps. Si os gusta este tipo de novelas históricas os gustará, y si estáis interesados en la arquitectura y la construcción, seguro que os encantará. Ahora bien, hay veces que, al terminar de leer un libro, me gustaría poder borrarlo de la memoria para poder volver a disfrutar leyéndolo. En este caso, no voy a decir que me gustaría poder borrarlo de mi memoria de lo malo que fue... Aunque, sinceramente, en el caso de que se borrase accidentalmente, tampoco lo volvería a leer...