Corría el año 2003. Unos amigos conversaban animadamente en la parte de atrás de un autobús que les llevaba en dirección a la periferia gallega, concretamente al Cebreiro, desde donde partirían andando hasta Compostela, por eso de hacer el famoso Camino (cuadra bien que este año sea Xacobeo para contar esta anécdota). Pero bueno, esta información, en realidad, no es lo que importa en este post.
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De esto estábamos hablando, bromeando, cuando pensé que, si el proyecto finalmente se llevaba a cabo, muchos negocios adoptarían el nombre "La Cascada", en referencia a la nueva infraestructura. Así, seguramente veríamos una peluquería "La Cascada", una carnicería "La Cascada", panadería "La Cascada"... En fin, a cualquier negocio le quedaría bien ese nombre si abriese en esa calle. Pero de entre todos los posibles negocios que abrir ahí, había uno al que el nombre le quedaría que ni pintado, y fue uno de nosotros (autor del inactivo Blackmouth.es, que lleva con el chiste del polvo y la cagada desde hace más de dos meses...) al que se le ocurrió el comentario del día, creativo a la par que ingenioso: "Si, claro, Sexshop La Cascada"...
Si, lo se, tampoco es un chiste tan bueno... Ya se sabe, es mejor verlo que contarlo... Pero os preguntaréis, "¿y a mí qué coño me importa la anécdota esta?". Pues bien, todo esto viene a que, encontrándome yo paseando por la capital gallega, he aquí que me encuentro con un café-bar, con un nombre que me sonaba de algo...
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