Han pasado ya varias semanas (la pereza...), pero había que dejar constancia de ello... Fue en uno de estos abrasivos (que no calurosos) días del verano madrileño, cuando decidimos acercarnos a disfrutar del sol y (sobretodo) el agua en el parque acuático de Madrid: Aquópolis. Siendo este nuestro país uno de sol, playa y chiringuitos, un parque acuático de su capital tenía que ser la repera. El precio (20 euracos por barba) nos hacía pensar que el parque merecería la pena, la emoción estaba asegurada... ¡Y vaya si lo estaba!
Las instalaciones están situadas en Villanueva de la Cañada, en lo que aquí se empeñan en llamar "las afueras de Madrid"... A más de 40 kilómetros del centro, bien adentrados en la estepa castellana. Es bien sabido por todos que Noia está a las afueras de Santiago, y que por tanto, Santiago tiene unas playas maravillosas... Villanueva de la Cañada está a tomar por saco, en una llanura en donde el sol da por todos lados como la lluvia de Forest Gump (incluso desde abajo). Así que, sol no iba a faltar.
Al llegar, rápidamente nos dimos cuenta de que el precio de la entrada se les queda corto a los del parque, razón por la cual tienen la imperiosa necesidad de cobrar por todo. Quieren cobrar por el párking, habiendo uno gratuito al lado (los coches se funden al sol igual en un lado u otro, pero si puedes pagar por ello lo hace con más estilo). Quieren cobrar por las taquillas. Por supuesto, la comida y la bebida están al alza... Y hasta cobran por alquilar las colchonetas para ir a los toboganes donde hiciesen falta (que no son todos). Esto último fue lo que más me llamó la atención: Sin entrar en que por el precio del alquiler casi la puedes comprar en cualquier tienda de playa, ¿cual es la ventaja? Los toboganes tenían sus propias colchonetas, ¿por qué me hacen pagar para cargar con una todo el día? Y lo que es peor, ¿qué hago con ella en los toboganes donde no la puedo usar (más de la mitad)? Claro que los flotadores que ya había en las atracciones eran limitados, así que había que hacer más cola para esperar el flotador que en la propia atracción... Me hizo gracia un comentario en internet que lo explicaba diciendo que unos (los flotadores de la propia atracción) eran los flotadores del pobre, mientras que los otros (los de alquiler) eran los del rico. Es difícil de explicar, pero quiero dejar claro que el que ideó este sistema es un lumbreras: "Pagas 20 euros por entrar al parque y hacer colas infinitas; y si no quieres colas, pagas 10 euros más... Pero tienes que cargar todo el día con el puto flotador, y estar preocupado por donde lo dejas (porque, evidentemente, hay una fianza)." Política de marketing, la llaman...
Pero ahí no acaba la diversión. No sólo hay que felicitar al departamento de marketing. Los diseñadores del parque también se han lucido. Apenas hay sombras, ni zonas "verdes", y las que hay están quemadas y poco cuidadas. Las atracciones se cuentan con los dedos de las manos. Y bueno, luego está El Suelo... Un suelo de una especie de cemento con pinchos que hará las delicias del que vaya descalzo. Entre esa superficie rugosa y el calor del sol, parecíamos faquires... Anteriormente, había ido a un par de parques acuáticos, y ambos tenían superficies lisas, con agua por todas partes (es un parque acuático, de eso se trata), incluso por los caminos que conectaban las atracciones. Esto, que por aquel entonces me pareció curioso, ahora me parece vital. En Aquópolis tienes que andar corriendo de un lado para otro para no abrasarte los pies, y con cuidado de no pisar alguna piedra suelta...
Así que entre que el calor, las colas en las atracciones, y que el agua paradójicamente reinaba por su ausencia, pasamos más tiempo secos que mojados... ¿Y quién se había olvidado de la crema? Claro que sí, al final del día me había convertido en el Doctor Zoidberg... Claro que con algo más de agua, a lo mejor me habría quemado menos.
Eso sí, a pesar de las circunstancias, no puedo negar que me lo pasé en grande, no tanto por el parque (aunque reconozco que hay un par de atracciones que merecen la pena) más que nada por la compañía, que fue la que me apoyó en los momentos iniciales para que olvidase la indignación de la primera toma de contacto ("menuda mierda de parque", "deja de quejarte")... No pensé más en ello el resto del día y hasta hoy. Y hoy me he desahogado. Y es que Madrid se merece un parque acuático en condiciones, y no el infierno que tienen allí montado...
N.de A. Si alguien sabe de un parque acuático decente por la zona centro, que no dude en corregirme.
6 comentarios:
Al dejar de quejarte nos diste paso a los demás...pero es que tienes toda la razon!
fuegópolis!)
Ahora que ya estamos fuera se puede decir...
Vaya pedazo de mierda de parque, eso si, si eres de los que tienen callos en pies o durezas, vamos asegurada su elimación; el resto abstengase.
PD: Pa la proxima ya sabes, "yo te doy cremita tu me das cremita..."
XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Yo por la zona centro de barcelona conozco uno XD si te vale, pero es por el estilo, aunque hay más toboganes, aderezados con míticas leyendas como:
1) La niña que se ahogó en la piscina de olas.
2) La niña que se sentó encima de uno de los desagües/ chorros de agua de la piscina y se le chuparon los intestinos
Y cosas así xddddddd
Jajajaa, que buena la de la niña y los intestinos... A mi me la contaron cuando era pequeño y aún hoy en día me mantengo alejado de los filtros de las piscinas...
En Aquopolis había una atracción (de las pocas que merecían la pena) que era como una U de monopatín, y te tirabas con el flotador... Contaban que un tío pesaba demasiado, se despegó del flotador cuando estaba en lo más alto y calló en el centro de la U... Esto nos lo contó el que controlaba a la gente, justo antes de tirarnos... "pesas 90 kilos? Bueno, aún tienes margen... El que se mató pesaba 100".
jAJAJJA simplemente eres tonto jefe,es quejarte por todo, lo inteligente hubiera sido avergiguar algo del parke antes k ir y pagar, si no tienes ni p idea d lo k ay.
un blog genial!!
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