viernes, 29 de junio de 2007

Exámenes, un problema social - 2ª Parte

N. de A. Empieza en la entrada anterior.

Hablemos de realidades. Hablemos de cómo desde hace años se critica el sistema educativo, de como todos están de acuerdo en que la mayoría de estudiantes estudian sólo para los exámenes y tratan de olvidar lo más rápido posible una vez han finalizado, o en que la universidad no te prepara para la vida laboral. Si un tren no llega a tiempo a su destino, la culpa no es de los pasajeros.
El objetivo primario de un buen sistema educativo debería pasar por preparar efectiva y eficientemente a la mayor parte de los alumnos, para que, saliendo de la universidad sean capaces de desempeñar una labor acorde con sus estudios. Estamos de acuerdo que ésto es algo lejos de ser conseguido por las universidades españolas (por no hablar de las de otros países vecinos). La consecuencia de esto, es que se ponga todo el esfuerzo por cambiar todo el sistema. Pero, ¿es esto necesario? Para qué comprar un coche nuevo si sólo necesitamos cambiarle una pieza. El sistema educativo que tenemos puede ser más o menos bueno, pero, desde mi punto de vista, el método de evaluación es lo que le hace tropezar realmente.

Características de un método de evaluación óptimo

Analicemos las características de un método de evaluación óptimo, una a una, viendo si los exámenes las cumplen. Primero, tiene que ser justo, igual para todos. Sinceramente, no se vosotros, pero yo he visto cosas por ahí para llevarse las manos a la cabeza. Sin meternos demasiado en el tema, lo cierto es que un examen lo aprueba quien se lo merece. Es cierto. Repito por si no queda claro: El EXAMEN lo aprueba quien se lo merece. Y esto lo merece quien tenga las capacidades para hacer dicho examen. Y esto no implica necesariamente que tiene los conocimientos adecuados para utilizar la asignatura profesionalmente, lo cual se supone que es, en principio, el objetivo de la universidad.

Así podemos ver como ir a clase y trabajar la asignatura durante todo el año, no implica al cien por cien poder optar ni tan siquiera al aprobado raspado. Sin embargo, estudiar duramente durante una semana (máximo), sin haber ido a clase nunca, tiene una alta probabilidad de dar el aprobado, o incluso más. Esto está a la orden del día, y en el momento en que no se asegura que trabajando durante todo el año se apruebe seguro, cada vez más alumnos preferirán la segunda opción, mucho más cómoda y (aunque parezca mentira) menos arriesgada.

Segunda característica del método de evaluación: Eficacia. ¿Es eficaz? Bueno, eso depende. Pero está claro que para el objetivo de un buen sistema educativo, la respuesta es que no. ¿Qué clase de selección se hace con los examenes? Como se dijo antes, pasan aquellos a los que mejor se les den los examenes. De la universidad, en vez de salir ingenieros, abogados, médicos o empresarios, salen jóvenes mareados de tanto memorizar conceptos. Eso sí, estamos especializados en responder preguntas en tiempo limitado que jamás tendremos que volver a responder (Trivial), en conseguir decir temas enteros a la persona de al lado sin que una persona que vigila se entere (ventrilogía) o en buscar respuestas en momentos de tensión (criminales). Eso es básicamente lo que se aprende en la universidad... Un método eficaz sería aquel en el que lo que se aprende es lo que efectivamente se enseña...

Tercera característica que creo que hay que citar: Objetividad. Algo que trae de cabeza a muchos. ¿Cómo podemos hablar de justicia si resulta que hay exámenes que dependen completamente del método de corrección del profesor, o del día que tenga?
Daré aquí un ejemplo que me pasó personalmente hace unos años. Dos exámenes similares de la misma asignatura, uno en junio y otro en septiembre, mismo tiempo de estudio, misma sensación de conocimientos, misma sensación al salir del examen, distinto profesor en la corrección. Nota del examen de Junio: 3. Nota del de Septiembre: 9. Este es un ejemplo que utilizo a menudo para justificar lo ridículos que son los exámenes. Y como este hay cientos de casos. Casos en los que la subjetividad en la elaboración o corrección de un examen supone cambios completos en el resultado. Es inevitable cierta subjetividad. Pero, ¿cómo es posible que en una asignatura de 1º de Economía de 4,5 créditos, haya un 10% de aprobados al año? ¿Es difícil? ¡Por el amor de Dios, son 40 hojas! Yo podría hacer suspender a 100 catedráticos que se presentasen a un examen de cuadernillos Rubio si me saliese de los huevos. El problema no es la dificultad de la asignatura, si no cómo quiera hacerla de difícil el profesor. Y esto, esto es RIDÍCULO. Al menos yo lo veo así.

Evaluación Continua Coherente.
Hasta ahora sólo he citado los defectos de los exámenes, pero no he propuesto ninguna alternativa. Y para que esto no sea un crítica destructiva, propongo la evaluación continua coherente, que es básicamente la evaluación continua como se supone que debe ser... La evaluación contínua está bien, de verdad. Pero es lo de siempre: ¿Merece la pena tanto esfuerzo al año si al final no nos aseguramos el aprobado? Y aquí está otra vez la sombra de los profesores, que se creen que evaluación contínua es sinónimo de tortura contínua. Se trata de incentivar al alumno a que haga la evaluación contínua. La asistencia debe valorarse, y los trabajos tienen que abrir la mente del alumno, hacerle disfrutar. No hay que olvidar que estamos en la Universidad voluntariamente. Esto no es el colegio.

En definitiva, el planteamiento de los exámenes es una vergüenza, y algún día (espero) todo cambiará, nos daremos cuenta del ridículo que estamos haciendo, y civilizaciones posteriores se reirán de nosotros y nos señalarán con el dedo por la calle.

En fin, si habéis leído todo este compendio de ideas y puestas a parir diversas, es que tenéis casi tanto tiempo libre como yo. Os agradezco sinceramente vuestra atención, y si además ponéis algún comentario al respecto, dando vuestra opinión, pues ya sería la repolla.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo, los examenes son una puta mierda, lo que pasa es que como yo solo he tenido dos este año casi no recuerdo el amargo sabor y la angustia.

De todos modos me gustaria decir algunas cosas. En mi carrera han utilizado todos los metdos posibles de evaluacion, desde examenes, test, evaluacion continua.

La evaluacion continua, como tu dices consigue que el alumno en general asista mas a clase y realice los trabajo realizados, pero en el fondo los trabajos de hacen a pasar con el unico objetivo de evitar el odiado examen, ademas uno acaba con la sensacion de no haber aprendido nada y evidentemente los profesores lo saben y saben que no compensa todo el trabajo realizado por ellos si al final no vamos a tener ni puta idea.

El examen tipo test,habitualmente me parece el mas justo, son unas preguntas normalmente muchas, y la respuesta es unica e impepinable, no influye para nada el criterio del profesor sino que es asi y punto, ademas desde el punto de vista del profesor es el mas facil de corregir ya que ni siquiera tiene que leer, solo poner la plantilla y poner crucecitas. De todos modos tambien es cierto que se puede complicar mucho el asunto,puede aprobar sin tener mucha idea porque las respuestas te suenan o pueden ser tan hijos de puta que para responder tienes que hacer un ejercicio matematico de varias horas, es decir, matematicas y examen tipo test, no gracias.

El examen de toda la vida, pues lo que tu dices, aprueba el que se sabe las cosas, ahora tambien es cierto que depende mucho del profesor y tal, porque recuerdo que una vez le chive un examen completo a una chica y ella saco un 8 y yo un misero 6.

Yo pienso que lo mejor es la evaluacion continua, pero... con examenes tipo test periodicos, actualmente estoy haciendo un curso de redes y nos evaluan asi, cada tema un examen y luego al final del bloque de 11 temas, otro examen final, y la verdad es que solo leyendome los temas una vez y haciendo los examenes de cada tema, llegas al final con las cosas mucho mas claras. Ademas los examenes a pesar de tener entre 20-25 preguntas, los de los temas, no se hacen muy largos y se pueden hacer perfectamente y repasando en 15-20 minutos, ademas nada mas acabar puedes ver tus fallos en el momento, lo cual te ayuda a saber en que cojones has fallado(en los examenes normales si uno aprueba normalmente pasa de ir a mirar sus fallos) y luego el final es mas largo, en torno a unas 45-50 preguntas algo mas densas, y se hace en 1 hora. hora y media. Tambien hay que decir que yo me encuentro bastante motivado con la asignatura y somos pocos en clase, asi que se aprende mas, ahhh y por cierto, hay mucha practica, muchisima,eso ayuda mucho a aprender.

Espero no haberos aburrido demasiado, esta es mi opinion.

Anónimo dijo...

no se de que va este post mas que por el titulo, demasiada letra pa mis vagos ojos...
pero si sirve de algo, creo que los examenes deberían ser como en el cole, al modo tradicional, dictar 4 o 5 preguntas i que el alumno responda. la valoracion es evidente que no va a estar al gusto de todos, pero de ese modo esta claro que quien lo sabe aprueba, i quien no...
el problema esta en carreras en las que hay que chapar demasiado temario (medicina :P), en las que estudiar una asignatura importante modo desarrollo te llevaria el curso entero. quizas debieran repartir mas el temario o exigir el 5 para aprobar, pero definitivamente si que creo que como mas se aprende es con los examenes desarrollo, donde no vale la suerte, ni tener una vista estupenda, ni el azar, ni que te suene la pregunta o que te caiga el examen del año pasado...como en los tipo test