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viernes, 5 de junio de 2009

Correo Delicado

A veces, con esto de los correos masivos de publicidad que realizan algunas empresas (previa autorización, no como spam), hay que tener cuidado. O al menos cierto control, para evitar coincidencias que puedan resultar de mal gusto...

Y sino que se lo pregunten a los de Iberia, que ayer, 4 de Junio, me envían a mi correo uno de estos e-mails, con fecha del 28 de Mayo... Sobran las palabras (click para ampliar).



Curioso que envíen este email publicitario tan sólo tres días después de la desaparición del avión de Air France, que precisamente volvía de este destino. "Aprovechese de este momento", dicen. ¿Este momento? ¿Cómo que este momento? ¿Qué momento? ¿El momento después de que un avión procedente de allí haya desaparecido? Claro, como está todo el mundo acojonado, aprovecha, aprovecha... Suena casi como a amenaza, que el eslogan bien podía ser, "A ver si tienes lo que hay que tener"...

Aunque, por otro lado, no me extraña que traten de ofertar este destino estos días, con lo mal que lo hace la competencia... ¡¡Uooooouuuu!!

miércoles, 4 de marzo de 2009

RyanAir va a efectuar su Salida de la Crisis...

Con esto de la Crisis Económica Mundial (con mayúsculas, para darle más trascendentalidad), casi nadie se libra de sus efectos, y pocas son las empresas que no han sufrido una bajada en sus cifras de facturación y demás... Hablábamos hace ya un tiempo de las consecuencias de la crisis en el servicio ofrecido por Vueling, compañía aérea que pasó de ser una compañía barata con buenos servicios, a una lowcost cara para un servicio que deja desear, tanto en comodidad como en puntualidad...

Hay otra compañía aérea, sin embargo, a la cual la crisis parece haberle sentado bien. Está claro que, en momentos como éste, la gente tiende a consumir productos más económicos, si tiene la alternativa. Por ello, mientras los productos de calidad pierden adeptos, los productos más baratos los ganan.

Y en el caso de las compañías aéreas, RyanAir es, sin duda, la más barata y, lógicamente, su servicio también dejaba que desear... Pero entonces llegó la crisis, y mientras compañías como Vueling, con precios ligeramente superiores a los de Ryan, tienen que apañárselas para bajar sus precios, recortando costes de donde sea (quitando comodidades, lógicamente), otras como Ryan de pronto ve de pronto cómo una enorme masa de clientes rebotados de otras compañías, bien por precio bien por descontento por el empeoramiento del servicio, "aterrizan" en sus aviones...

De este modo, Ryan no sólo no tiene que subir los precios para hacer frente a la crisis (o bajarlos aún más quitando los escasos servicios que daban), sino que puede incluso mejorar el servicio e igualar o superar a sus competidores...

De esta forma, he podido comprobar en mis carnes, y con grata sorpresa, el buen servicio de la compañía irlandesa: Puntualidad extrema, y comodidad como hacía tiempo que no veía. Todos los asientos (no sólo los de las salidas de emergencia) disponen de un gran espacio para las piernas (y no lo digo sin conocimiento de causa), y en las salidas de emergencia (asientos que, mientras en Vueling cuestan 10 euros más, en Ryan, al no estar numerados, se pueden escoger sin problemas) el espacio es exagerado, de forma que te puedes estirar sin ningún problema...

Y como desde hace unos meses Ryan Air vuela a Madrid desde Santiago a diario, pues últimamente frecuento mucho más la capital, cómodamente, sin retrasos (bueno, una vez hora y media... pero normalmente llega antes de tiempo), y a un precio muy competitivo... Bueno, no es la única razón por la que voy tan a menudo a Madrid... Pero es un aliciente...

Eso sí, no todo van a ser flores para la compañía de las azafatas cachondas... Además de la voluntad de cerrar definitivamente los mostradores de facturación (sólo habrá un espacio para dejar el equipaje; los billetes habrá que imprimirlos en casa obligatoriamente), lo que más llama la atención es la intención de la compañía de hacer pagar para usar el retrete de abordo... Yo no es que suela mear en vuelos cortos, pero como tenga muchas ganas y estemos a 8000 metros de altura, a ver quien es el guapo que me niega la meada... Como se pongan tontos les meo en el carrito de la comida...

... ¡Ey! Dejad de mirar a la azafata que se va a desgastar... (La foto se amplía haciendo click en ella)...

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Vueling la está Shiting...

Hacía ya unos cuantos meses que no volaba con Vueling, bien sea porque sus horarios no me satisfacían, bien porque los destinos desde Santiago no eran los que yo quería. Desde hace un tiempo que ya no vuela a Madrid, y los vuelos a Barcelona tenían horario de abuela, estudiante o parado, es decir, a mediodía, cuando peor viene. Así pues, mis últimos viajes a la ciudad condal los había hecho con Clickair, compañía con la que me reconcilié tras joderme bien en uno de los múltiplos viajes que hice con ella (sísí, el mismo día que conocí el famosos "Monstruo del Prat").

Pero justo cuando le había pillado el tranquillo a Clickair, van y cambian los horarios de sus dos vuelos diarios a Barcelona. Ellos también se apuntaban a lo de un único vuelo en horario de mierda... Pero justo entonces, después la reciente alianza que han declarado ambas compañías, Vueling vuelve a poner dos vuelos diarios, uno por la mañana y otro por la tarde... Así que el siguiente viaje a Barna sería con Vueling. Y eso me alegraba.

Como dije antes, hacía tiempo que no volaba con Vueling, pero la verdad es que guardaba un buen recuerdo de ella. Si se podía hablar bien de una compañía aérea, esa era Vueling. Sus precios no eran los más bajos, si los comparamos con Ryan Air o la misma Clickair, pero el servicio era impecable. Puntualidad, comodidad en sus vuelos (con asientos de cuero y suficiente espacio para las piernas; en mi caso, un auténtico milagro), periódicos y revistas gratuitas (algunas interesantes como la Rolling Stones, por ejemplo), y esa simpatía jocosa que derrochan los empleados con lo de "que tenga un buen vueling"... En fin, que merecía la pena pagar algo más, sabiendo que tendrías todas esas comodidades extra... Pero como se supondrá por el título del artículo, todas estas cosas y mis buenos pensamientos se esfumaron cuando este fin de semana volví a subirme a un avión de los de la "nube políglota"...

Mi vuelo salía a las 19:15, por lo que el embarque comenzaría a las 18:45 (30 minutos antes). A esa hora llegué yo, algo apurado pensando que llegaba justo, cuando en el televisor donde aparecen los vuelos pude ver con resignación que mi vuelo había sido retrasado... Una horaza... Pero bueno, lo único que se puede hacer en esos casos es cagarse en la aviación, sentarse y esperar...

Cuando por fin llegó el avión y pudimos embarcar, entendí lo que pasaba. Antes, nada más enseñar mi billete y mi DNI, la azafata de turno colocó una pegatina en mi maleta (de medidas estándar para llevar a bordo), no sabía muy bien por qué. Al llegar a la puerta del avión, me dijeron que tenía que dejar mi maleta ahí porque había que meterla en la bodega (junto con otras que también llevaban la cinta de las narices), pues no iba a caber en los portaequipajes...

Esto primero me jodió (tuve que sacar el ordenador; no tenía candado en la maleta y pasaba de arriesgarme a que me lo robasen, que no sería la primera vez que ocurre), y luego me hizo pensar. Es decir, ¿por qué demonios no iba a caber mi maleta, que cumple con las dimensiones máximas permitidas por la propia Vueling, cuando nunca tuve problemas para llevarla a bordo, aún con el avión a tope? El retraso del avión me jodió, pero esto ya me irritaba... Pero en fin, tiré para delante hacia mi sitio, con el ordenador a cuestas...

Y entonces pude verlo. El origen de todo. El motivo por el que el avión iba con retraso, por el que no cabían las maletas en los portaequipajes, y por el que me iba a pasar hora y media enfrascado cual sardina en lata... Entre las filas de asientos había un espacio de unos 15 centímetros para las piernas. A lo sumo. Y no estoy exagerando (ver foto adjunta). Era verdaderamente ridículo...

Las conclusiones las fui sacando durante el viaje, mientras sudaba como un gordo en una sauna... Los de Vueling, con esto de la crisis y después de pensarselo durante unos cinco minutos (con pausa para el café), habían decidido añadir filas de asientos a sus aviones, para que cupiese más gente y así abaratar costes... Resultados: Para empezar, una incomodidad de la leche (y no sólo para los altos, creedme). Lo siguiente son retrasos en los vuelos, pues aumenta considerablemente el tiempo de meter a más gente y más maletas (no sólo por ser más, sino porque también se reduce el espacio de maniobra)... Y lo peor, no caben las maletas de todos (con las dimensiones establecidas) en cabina... Con lo cual se necesita todavía más tiempo, para bajar las que no caben a la bodega... Es decir, una puta mierda.

Me saldrá alguno con que se pueden elegir asientos más amplios... Pues sí. Pagando 10 euros más. Pero es que ahora, no sólo hay que pagar por elegir un asiento más amplio como era habitual... Es que hay que pagar (2 euros) por elegir cualquier asiento, sea amplio o no (lógicamente, puedes no elegirlo y que sea el azar el que decida en qué "hueco" te meterás). Pero ahí no acaba la cosa. Resulta que en Vueling ¡¡hay que pagar por pagar!! Y esto no es una expresión. Me refiero a que, para comprar el vuelo tienes que pagar una tarifa extra, que va desde 4,5 euros a 8,5 euros, dependiendo de la tarjeta que utilices (te saldrá gratis pagar por tu vuelo sólo si lo compras con la Visa Vueling)... Y esto por no hablar de los 20 euros que te cobran ahora si facturas una sóla maleta (antes permitían llevar gratis 20 kilos, que ya era poco), aunque también es cierto que esto lo han decidido hacer todas.

En definitiva, amigos. Un auténtico escándalo el cambio radical que ha dado Vueling. Ahora más incómodo, con más retraso, mucho más caro... Y sí, mucho menos divertido... Y no hablo de una única experiencia: En el viaje de vuelta desde Barcelona, aunque no tuve que bajar la maleta a la bodega, mi asiento volvía a ser de unas dimensiones casi cómicas, y el retraso esta vez llegó a la hora y media...

Si podéis elegir, no dudéis pagar algo más por evitaros un mal trago casi asegurado. Hacedlo por vuestras piernas, o por aquellos que como yo, no podemos elegir... Y ya sabéis "Fly hoy, means Fucking..."

N. de A. Momentos después de escribir este artículo me compré otro vuelo a Barcelona...

lunes, 1 de octubre de 2007

"Saquemos nuestras gaitas"

Algunos ya conoceréis esta anécdota, ocurrida, para variar, en el aeropuerto del Prat del Llobregat (Barcelona). Sí, otra vez. Como ya dije en su momento, en Septiembre pillé seis aviones a Barcelona en poco más de una semana, así que alguna anécdota tenía que salir. Y ya hace tiempo que quería contarla aquí, y así probar la nueva la nueva herramienta de Blogger para poner vídeos propios en los artículos...

Era mi segundo vuelo, el 4 de septiembre, para ser exactos. Estaba volviendo a Santiago de hacer un examen el día anterior en Barcelona. El vuelo salía a las 6:35 de la mañana, así que había que estar listo para embarcar sobre las seis. Tuve que correr desde el control de seguridad hasta la puerta de embarque porque pensé que no llegaba, pero nada más llegar, pude ver como a la gente que ya estaba subida en el autobús que nos llevaba hasta el avión les mandaban bajar del bús para esperar en la terminal. Al parecer había un problema con el avión. Más tarde nos informarían que era un problema con una puerta de emergencia... Lo cual no deja de ser irónico. Tardaron más de una hora en arreglar una cosa que sólo sirve en caso de que el avión se averíe, Dios no lo quiera... Por nuestra seguridad, dicen.

"¡Oh, Dios mío!¡Nos estrellamos! Menosmal que estuvimos una hora esperando a que arreglasen la puerta de emergencia. Ahora podrán sacar nuestros cadáveres con total comodidad". En fin, menosmal que no tenía prisa por llegar a Santiago...

El caso es que, entre los desgraciados pasajeros que me acompañaban en aquel vuelo, estaba una cofradía de gaiteiros, que debían de venir de una exhibición o algo por el estilo. Salieron del autobús cagándose en todo, y nada más entrar de vuelta a la terminal, uno de ellos propuso sacar las gaitas (y no es una metáfora) y ponerse a tocar allí, en medio del aeropuerto de Barcelona, a las seis y media de la mañana... Dicho y hecho (ver vídeo adjunto).


¡Que bonito es ser gallego, coño!

Tenéis que perdonar la calidad del vídeo. Lo hice con mi móvil, que ya tiene unas cuantas hostias encima. Pero bueno, creo que la idea está cogida. Se oyen las gaitas perfectamente, se pueden distinguir unos cuantos gaiteiros, e incluso (y a pesar de que había un capullo que pasaba por delante cada dos por tres) se distingue a unos cuantos que se animaron y se pusieron a bailar una muñeira, al ritmo de las gaitas... Os recuerdo que eran las SEIS DE LA MAÑANA. Eso sí que despierta, y no el café...

jueves, 19 de julio de 2007

Pánico en el Aeropuerto

- Si tu asiento está al lado de una salida de emergencia, o bien si se siente incapacitado para cumplir las funciones descritas en las medidas de seguridad, pídale al asistente de vuelo que le cambie de asiento.
- Es una gran responsabilidad.
- ¿Cambiamos el asiento?
- No, no soy el adecuado para esa tarea en particular.
- ¿Para qué la salida de emergencia a 10000 metros de altura?
- Mmhm...
- Ilusión de seguridad.
- Sí, supongo.
- ¿Por qué los aviones llevan mascarillas de oxigeno?
- Para poder respirar.
- El oxígeno te coloca. En caso de una emergencia respiras hondo debido al pánico. De este modo te vuelves eufórico, dócil. Aceptas tu destino. Esta todo ahí - muestra el folleto de seguridad del avión - Aterrizaje de emergencia a 10000 kilómetros por hora. Caras inexpresivas, tranquilas como vacas hindúes.
- Es una teoría interesante...

El diálogo que acabáis de leer, para los incultos, lo mantienen Tyler Durden (Brad Pitt) y El Narrador (Edward Norton) en la imprescindible película "Fight Club" (El Club de la Lucha), cuando están a punto de despegar en un avión.
Teorías, o pensamientos, como los de Tyler me han surgido a mí un millón de veces en cuanto a
aviones y aeropuertos se refiere. Y hoy quería exponer aquí unos cuantos de esos pensamientos, por si a alguien le interesa tenerlos en cuenta.

Todos conocemos más o menos el
proceso que conlleva viajar en avión. Todos hemos viajado alguna vez a avión, o por lo menos sabemos toda la seguridad que le rodea. Bueno, lo de seguridad es un decir. Así lo llaman ellos, pero ¿cuánto de seguridad implican realmente todas las medidas que rodean a los aviones? Hagamos un pequeño repaso del proceso por el que hay que pasar para subirse a un avión, aunque sólo sea para un simple viaje nacional.

Antes de nada, hemos conseguido llegar
una hora antes de nuestro vuelo al aeropuerto para facturar el equipaje, el cual milagrosamente no se ha pasado del peso permitido a bordo. La señora obesa que ha facturado delante nuestro, que posiblemente pese el doble que nosotros (cada una de sus ubres) tiene derecho al mismo peso en su equipaje. Claro, que es normal. No vamos a discriminar a los pasajeros por peso. Pero me pregunto que pasaría si una convención de gordos (como aquella que hizo Peter Griffin) se le diese por viajar en un avión de estos. 180 gordos de 150 kg. cada uno con sus 20 kg. de equipaje... Nosé, es un pensamiento que dejo aquí.

Nos dirijimos pues, con nuestro preciado
billete, a la puerta de embarque, antes de la cual se encuentra el conocido a la par que infranqueable Control de Seguridad. A veces, en mi vida diaria, hay momentos que me pongo a pensar en los detalles más ínfimos de la rutina de todo ser humano. Cosas que todos pasamos por alto, que damos por hechos tajantes, que no los cuestionamos porque ni se nos pasa por la cabeza cuestionarlo. Son cosas que sólo cuestionaremos, o miraremos con curiosidad y sarcasmo en el futuro. Me pasaba cuando era niño. Naces y ya hay toda una serie de cosas que te vienen dadas. Algo tan sencillo como un váter, por ejemplo. Mis padres me contaban que no hacía mucho tiempo, la gente tiraba sus "sobras" por la ventana gritando "agua va". Aquello me parecía increíble. Este es un ejemplo exagerado, lo se. Pero hay miles de cosas, cosas que se usan diariamente, cosas que luego van desapareciendo, y que cuando nos fijamos en ellas en otro contexto, en otro momento o lugar, nos parecen extrañas, curiosas. Seguramente todos hemos tenido esta sensación de "¿me lo dices en serio?" en alguna ocasión.

Y esta es la sensación que tengo yo cuando trato de
"descontextualizar" las cosas que uso o hago de forma cotidiana. Cosas como pasar un control de seguridad en un aeropuerto... Ahí está todo el mundo, hablando como si tal cosa, esperando en fila india para perder su dignidad, para que un guardia le mire sus pertenencias personales, le cachee, le haga quitarse los zapatos y, Dios no lo quiera, le haga una "inspección de orificios"... ¡Y todo el mundo lo ve normal!

Espera. Todos no. Hay alguien en esa
cola, en una cola entre mil millones, alguien que ha existido pero que muy probablemente no exista nunca más, alguien que no ve normal esa cola. Una persona que se está riendo por dentro, incrédulo, ya que le parece increíble que le pongan su misión tan fácil. El hombre del que hablo es un terrorista. Terrorista tipo 11-S, que todo lo que necesita para secuestrar un avión y estrellarlo contra un edificio, lo lleva en su cabeza. ¿Armas blancas? ¿Líquidos explosivos? ¿Para qué?

Seamos realistas. ¿Alguien piensa que un terrorista no va a buscar otras maneras para atentar? ¿Alguien piensa que no va a salirse con la suya? ¿Alguien piensa que los aviones son más seguros porque te manden poner los líquidos en una bolsa de plástico? Pues si, son más seguros si a un terrorista despistado, que no se ha fijado en los mil anuncios de la nueva medida de seguridad, se le ocurre atentar con "el método de los líquidos". Entonces si detendremos el ataque... Pero a estas alturas, dicha medida sólo sirve para molestar a los pasajeros apresurados que no se acordaron el día antes de meter sus líquidos en una bolsa de plástico, que para evitar atentados de unos terroristas que llevan preparando sus "equipajes" desde hace meses...

La cruda realidad es que hay atentados. Pero no sólo en los aviones. ¿Qué pasa con los autobuses? Medios de transporte de decenas de personas. Sólo se diferencian en que no vuelan. Pero también son objetivo de ataques terroristas. ¿Por qué no hay controles de metales, cacheo, y demás parafernalia?


La gente tiene miedo a morir. Volando a 10000 metros de altura, parece que tenemos grandes probabilidades de morir. Pero todos sabemos que los aviones son el medio de transporte más seguro de todos. Por otro lado, no sólo podemos morir de repente en un ataque terrorista. Puede que un loco nos empuje a las vías del tren, que un coche nos atropelle por ir despistado mirándole el culo a una tía que acaba de pasar, o que a una señora despistada que está regando sus plantas se le caiga una maceta justo en nuestra cabeza... O incluso en un accidente aéreo que nada haya tenido que ver con el terrorismo. De hecho, las probabilidades de todas estas cosas son seguramente mayores que morir en un atentado. Podemos morir en cualquier momento, hay peligros acechando por todas partes. Pero sin embargo, la gente no va por ahí con casco y chaleco antibalas.

¿Por qué nos parece normal la seguridad en los aeropuertos? En todo este culebrón hay una tercera parte, además de nosotros y el señor terrorista. Gente a la que nunca le va a salpicar ni una gota de la sangre derramada por el terrorismo, o que al menos harán todo lo que puedan para evitarlo. Y lo que pueden hacer es todo. Los que mandan, la elite, los de arriba, llamarlos como os de la gana. Hay unos señores que viven acorazados en sus casas, y trabajan en oficinas acorazadas... Al menos acorazadas por tierra. El 11-S demostró que hay una remota y absurda manera de conseguir traspasar esa coraza. Y esa manera es por aire. Los misiles no son un problema gracias a sistemas antimisiles. Pero los aviones... Es tema complicado. Toda esta gente está acojonada. Que el terrorista mata a un civil: Qué pena, hay que acabar con esto y blablabla. Entre otras soluciones, se les ocurre lo que mencionaba antes Tyler Durden. Pero que el terrorista mate a un civil para intentar hacer daño a los de arriba... Uuuuuhh ni hablar. Es en ese momento cuando reaccionan y nos dicen a todos que tengamos cuidado porque pueden haber terroristas por todas partes, pero sobretodo en los aviones. Es lo que yo llamo, efecto Donette: Cuando te subes a un avión, salen terroristas por todas partes (este es mío).

Lo cierto es que todo este rollo de la seguridad los únicos efectos que tiene son: Molestar a la gente normal no-terrorista, que tiene un 99,999% de probabilidad de nunca jamás tener que decir "vaya, si no llega a ser por las medidas de seguridad, ese hombre al que se llevan arrestado nos habría matado a todos". 2º Crear un ambiente de desconfianza en los aeropuertos, y en la sociedad en general, que hace que cada vez haya más crispación y tensión, y mucha mala hostia por todas partes, lo cual, irónicamente, crea inseguridad. En definitiva, lo de la seguridad en los aeropuertos no sirve para nada salvo para crear inseguridad. Es decir, es una puta mierda.

"Veréis, hijos míos, cuando yo era joven, había tal psicosis en la sociedad, que la gente veía normal y lógico que te desnudasen antes de entrar en un avión por si llevabas una bomba...". Ojalá algún día mis hijos se rían de mí por eso. Prefiero pensar eso, a seguir pensando que puedo morir con cara de vaca hindú...

N. de A. Si BloGui-J no publica nada nuevo durante más de una semana, no será porque no tengo inspiración, si no porque probablemente el F.B.I., la C.I.A. o alguna otra panda de maricones con traje habrán censurado el blog y me habrán secuestrado. Si es así, por favor, venid a buscarme como sea... (Aunque, pensándolo bien, si no sois capaces de poner un puto comentario, creo que me sobra con que me recordéis como un hombre amigo de sus amigos, que se levantaba cada día con una sonrisa en la cara y una canción en el alma...).

domingo, 15 de julio de 2007

El Monstruo del Prat

Hace algo más de un mes, por culpa de la incompetencia que reina en esta nuestra sociedad, me hicieron perder un vuelo Barcelona-Santiago, y tuve que estar unas cuantas horas en el aeropuerto del Prat... Allí conocí a otro muchacho al que le había pasado algo similar, y juntos pasamos aquellas horas infernales. Después de "dormir" un rato en las sillas del aeropuerto (que si hubiesen querido hacerlas más incómodas no hubiesen podido...) y de hacer tiempo como pudimos, cuando el aburrimiento nos empujaba casi hasta la locura, pocos minutos antes de terminar nuestra larga espera, apareció ante nuestros ojos la criatura más repugnante, terrorífica y triste que habíamos visto jamás. Ni en los documentales de larvas más cochinos había visto algo tan abobinable. Y cuando la risa nos permitió mantenernos en pie, pudimos sacarle unas fotos en exclusiva para BloGui-J. Era un castigo de Dios, un insulto a la vida... Era...




¡¡¡EL MONSTRUO DEL PRAT!!!



Y cuanto más lo veíamos más nos entraba la risa. Esa pose temerosa, como si el ser estuviese pidiendo disulpas por haber nacido. Esa mirada perdida, vacía... Ese hilo de baba colgando hasta mojar el suelo... Y esos colmillos salientes, cual jabalí...


Y qué me decís de esa lengua caída de lado... Parecía que en cualquier momento el chucho diría "basta", y la palmaría al momento allí mismo. En definitiva, un vacile de animal... Lo mejor de todo era el dueño: Un tipo con aire chulesco, gafas de sol, y que apenas dirigía una mirada al animal, como intentando parecer que no era suyo. Y la verdad es que no me extraña, porque ir con semejante orzobuco por la calle debe de llamar más la atención que un coche tuning con reactor...