El pasado sábado, 26 de Abril, a las ocho de la tarde, tuvo lugar en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, el "prestigioso" concierto de los Números Uno de Cadena Cien. Concierto que reunió a Melocos, Hombres G, Pereza, Lucas Masciano, Los Secretos y Estopa. Un cartel no demasiado malo, si tenemos en cuenta que el evento era gratuito, si antes conseguías las invitaciones correspondientes.
A mí personalmente esos grupos ni me van ni me vienen. Sí, me mola alguna canción, pero tampoco es que me muriese por ir a verlos. Pero bueno, pensé que podría pasar un buen rato en buena compañía, y como tenía pensado pasarme por Madrid ese fin de semana, pues envié el mensaje para conseguir las invitaciones. Y así fue como el pasado fin de semana, me encontraba yo delante del Palacio de los Deportes, dispuesto a entrar en el recinto y disfrutar de un conciertillo, del que ya me habían dicho que no sería gran cosa. Pero bueno, tendría su gracia.
La tendría... El caso es que nunca lo llegué a saber, porque nunca llegué a entrar en el pabellón donde tenía lugar el concierto, pues, estando yo y otros cientos de personas más esperando en la cola para entrar, de pronto, un señor con cara de mala leche salió por la puerta, y con un gesto con las manos les indicó a los seguratas que ahí ya no entraba nadie más. El aforo estaba completo.
Tras unos momentos de confusión e incredulidad, empezamos a asumir que aquello no era una broma de mal gusto. No podía ser verdad. En aquel momento, seguramente todos pensamos lo mismo: "Si lo llego a saber...". Si, porque muchos de los que se quedaron fuera, habían estado durante un buen rato haciendo tiempo, bebiendo y cantando... Mi caso es mucho más cruel, pues estuve esperando a cierta persona, y acompañándola a por su entrada VIP, con la que pasó al recinto al momento, mientras yo hacía a la cola "nomal"... Vamos, que la cara de tonto sólo me la pudo quitar la sangría con la que venía aprovisionado...
Si lo llego a saber... Lo siguiente, fue mirar la letra pequeña que venía en la parte de detrás de la invitación. Primer línea: "Esta invitación da derecho al acceso al concierto, hasta completar el aforo"... Vaya por Dios.
Así pues, legalmente no había nada que hacer. Los de Cadena 100 se habían cubierto bien las espaldas. Y por si acaso, en las condiciones añadían algo así como "la organización del evento se reserva el derecho a cambiar las condiciones". Vamos, que aquello les daba carta blanca para hacer lo que les diese la gana... Muy bien. Está claro que a mí no me va a indemnizar nadie, ni que tampoco me van a devolver los 2 euros que me cobraron por el mensajito para conseguir las invitaciones... No. Pero amigos de Cadena 100, yo, también tengo un medio de comunicación.
Sí, es cierto, "a quien madruga...". Pero las cosas no se hacen así. Lógicamente, si hubiese leído esa letra pequeña, no hubiese hecho el tonto esperando a la persona antes citada (mejor no te nombro) que entró, quedando yo y mi acompañante fuera. Yo no me merecía quedarme fuera. Bien es cierto que tampoco es que me moría de ganas por ir al concierto... Pero una vez allí, me jodió. Y lo primero que pensé fue "vaya falta de organización de Cadena 100".
Sí, porque eso de dar invitaciones a más gente de la que puede entrar es de chapuceros. Con la excusa de que "es gratis" (que tampoco lo es, pues el mensajito de todos los que nos quedamos fuera, da para pagar a más de uno) pensaron aquello de "más vale que sobre que que falte" y dieron invitación a todo quisqui. Sinceramente, hubiese preferido que no me dieran la invitación desde un principio, y no que me haya tomado la molestia de ir hasta el sitio para quedarme en la puerta.
Pero a Cadena 100 eso le importaba poco. "Queremos que el sitio esté a reventar", pensaron. Así que, antes de que hubiese algún hueco por si alguno se ponía enfermo, prefirieron arriesgarse a dejar a gente fuera. Y así fue como nos quedamos cientos sin concierto.
Y ante la tremenda metedura de pata, ante la chapuza visible de la organización del concierto, ¿se dignarían a pedir disculpas públicamente a todos los que nos quedamos desilusionados por lo ocurrido? ¿Algún tipo de declaración al respecto? Pues si la hubo, yo no la escuché por ningún lado. Y eso que yo, hasta ahora, era un oyente empedernido y defensor absoluto de Cadena Cien. Lo único que escuché fueron declaraciones de los distintos locutores diciendo lo bien que se lo habían pasado en el concierto. De los muchos que se quedaron sin él, no oí ni una sola palabra.
Pero no todo van a ser críticas. Hubo una persona esa noche que me quitó en parte el cabreo. Me sorprendió muy gratamente y verdaderamente le honra su gesto. Me refiero a Carlos Moreno, "El Pulpo", locutor de Cadena 100, e ídolo personal desde que cantó la canción del "opening" de Oliver y Benji (todavía no sé con seguridad si la original es realmente suya...). Resulta que, en mi intento desesperado por entrar en el concierto, fuimos a la entrada trasera del recinto, por donde entraban los periodistas y las estrellas... En esto que pasa un tío acelerao. Yo no lo reconocía, pero en cuanto dijo dos palabras con esa voz característica, supe al momento que se trataba de él. Era "el Pulpo" de Cadena Cien...
Gracias a la chispilla que me había otorgado la sangría, me dirigí a él. "¡Pulpo!", le espeté. Le tendí la mano y le dije "hola, Pulpo, encantado, soy Guillermo"... ¡Ole mis huevos! ¡Como si me fuese a conocer! (a lo mejor es lector de BloGui-J). Pero el tío, lejos de pasar de mí como hubiese hecho cualquier otro famosete, me dio la mano, y con su inconfundible voz me dijo "hola Guillermo ¿qué tal?". "Mmm, me ha reconocido", pensé, "seguramente del blog...". Le conté que me había quedado fuera, y él me dijo lo que yo ya sabía, que en la invitación ponía claramente esto y lo otro y tal y cual. Le dije que aquello era una pena, que mucha gente se había quedado fuera, y que era triste esa falta de organización, una mancha en el currículum de Cadena 100. Él me dijo que lo sentía pero que no podía hacer nada... A mí realmente ya me daba igual (¡estaba hablando con el Pulpo! ¡Eso era mucho mejor que la mierda de concierto que estaba sonando en el edificio!), pero en un último y desesperado intento por entrar, le dije, "Pulpo, tío, que vengo desde Santiago exlusívamente para ver el concierto (mentira), ¿no crees que es injusto?". Pero el Pulpo se tenía que ir (era presentador de la gala) y lo último que me dijo fue "esto lo hemos hecho por vosotros"...
En fin. Las palabras del Pulpo todavía resuenan en mi cabeza. Fue un momento bonito. Extraño pero bonito. Sólo dos cosas, Pulpo: Si habéis hecho el concierto por nosotros, me parece muy bien, pero es que yo y muchos otros oyentes de Cadena Cien nos quedamos fuera... Y la otra, si sigo siendo oyente acérrimo de Cadena Cien, es gracias a ti, Pulpo.
Y una última. Página de Cadena 100, descripción del Pulpo, última frase: "El Pulpo es un tío que se esfuerza porque seas un poco más feliz". Pues síp.