
Aquella era la primera película de animación hecha íntegramente por ordenador. Y no sólo eso. El guión cautivaba (de hecho, fue nominada al Oscar por ello), era original y divertida, y llenó los corazones de grandes y pequeños. Hace unas semanas, después de 15 años, he tenido que volver a cambiar las sábanas ante el estreno de la esperadísima tercera parte de Toy Story.
Y es que, aunque haya pasado tanto tiempo y haya dejado atrás la infancia, pasando por la tan denostada adolescencia, lo cierto es que me siguen gustando los dibujos y la animación, me sigue gustando Disney, sigo colgado del ordenador, y por supuesto, adoro los juguetes... Quizás por ello estaba tan expectante ante la nueva entrega de W

Después de las dos horas que dura la película (creo que es la animación más larga de la historia), salimos del Kinépolis en estado de shock... Aquella había sido una de las mejores películas que había visto en los últimos años, quizás la que más emociones me ha provocado, y no me muerdo la lengua cuando digo (aunque suene imposible) que puede estar a la altura de la mismísima, única e irrepetible, trilogía de Regreso al Futuro... (Se oyen gritos de asombro y sorpresa entre la multitud). De hecho, y quizás no sea casualidad, esta también es una trilogía, al fin y al cabo.

Es difícil de expresar con palabras los sentimientos que esta película me ha provocado. Desde la más absoluta felicidad, hasta una profunda tristeza, pasando por la nostalgia y la risa a carcajadas. Como dije antes, nunca una misma película me había provocado tantos sentimientos distintos, ni tampoco tan marcados.

La gente de Pixar ha reinventado Toy Story, y si la primera ya se había convertido en un clásico por haber sido la primera de su especie y demás, la tercera parte se ha convertido en una película de culto por sus propias razones.

En este caso no sólo no es un recalentamiento de lo mismo con ánimo de sacar cuartos a los incautos. Es un plato completamente nuevo, en el que se utilizan los mismos ingredientes pero con un resultado completamente nuevo, diferente, que hace honor al plato original, y que además ha conseguido amoldarse al paso del tiempo, haciendo que ver en pantalla a los mismos protagonistas no sea cansino, sino que parezca algo completamente novedoso.
La película nos transporta de nuevo al mundo de los juguetes, a la misma casa donde se quedaron hace tantos años, a ese lugar tranquilo que de pronto se vuelve desordenado y salvaje. Pero si entre la primera y la segunda parte hubo un pequeño escalón y los juguetes pasaban de perderse en la casa del vecino, a hacerlo en un centro comercial y un aeropuerto, esta vez el salto es descomunal, proporcional a los años que han pasado, y el mundo de los juguetes se torna en algo inmenso, casi inabarcable, haciendo que la cosa se ponga realmente seria y casi trágica. Si antes reíamos ahora nos reiremos más, si antes nos emocionábamos ahora el nudo en la garganta será más difícil de olvidar.

Por poner un par de ejemplos de esa madurez (y sin entrar a espoilear, a pesar de las ganas), la escena con la que abre la tercera parte (os abréis dado cuenta los más frikis de la trilogía) es exactamente la misma, punto por punto, que la primera escena de la primera parte... La diferencia es que antes sólo veíamos a un niño jugando con sus juguetes, y ahora nos ponen el punto de vista "serio" de dicho momento, es decir, como se vería la escena si fuese real...
Y ya para terminar, otro ejemplo de lo que quiero decir: En las dos horazas que dura la película, no hay ni una sola canción... No cantan. Y eso siendo dibujos animados producidos por Disney, es una novedad, creo. Tantos años quejándonos de los momentos "canta con Disney", y ahora como que se echan de menos...

Así que lo dicho. Una película más que recomendable, única, y que no necesita que la vayamos a ver "acompañando a un sobrino" como excusa. Toy Story ya no es una simple e infantil "Historia de Juguetes"...
2 comentarios:
La verdad sea dicha, se lo merecia.
Atencion spoilers.
Para mi hay tres escenas que marcan la pelicula:
La que tu comentas del principio es simplemente sublime.
La segunda es cuando todos los juguetes estan a punto de...que estas en tension esperando "a ver quien los viene a rescatar" y el rato se hace eterno.
Pero para mi la mejor escena de la pelicula, el mejor fotograma con el que definiria esta pelicula es al final de la pelicula cuando la niña encuentra a Woody y Andy lo coje en plan "es mi juguete". Sabeis que escena es.
Totalmente de acuerdo.
Esos detalles hacen que la pelicula tenga un trasfondo enorme, y es lo que la hace tan bueno.
A mayores me quedo con el momento que comentaba sutilmente en el post, y que llamo cariñosamente, "el del Buzz gitano". Lo de Mr. Potato "pepinillo" también es brutal...
Pero la última escena, ya terminando la peli es sencillamente brillante. Andy explicando la historia de cada uno de sus juguetes, y jugando con ellos por última vez... Tremendo.
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