miércoles, 18 de abril de 2007

En Virginia ya es de mal gusto gritar "¡plato!"

Como la mayoría sabrá a estas alturas, el pasado lunes, 16 de abril, otra matanza sacudió los cimientos de la sociedad estadounidense. Esta vez, un surcoreano reprimido se cargó a 32 personas de la Universidad Politécnica de Virginia e hirió a otras 20, para posteriormente pegarse un tiro en la cabeza...

Es evidente que los yankis tienen un problema. Y gordo. No sé si es sólo mi impresión, pero la noticia resulta ya tan normal que apenas se le ha dado la importancia que se merece. Y eso que se habla de la peor matanza de la historia del país, que tiene una larga tradición en este macabro deporte...

Ahora toca lamentarse, decir que es una "tragedia monumental", y por supuesto, buscar razones por las que el bueno de Cho Sung-Hui (que así se llama el chaval, a la derecha) decidió, en aquella bonita mañana de abril, salir por el campus con sus pistolas y emprenderla a tiros con todo aquel que se le pusiese por delante... Los videojuegos, por supuesto, se llevan un buen trozo de culpa. En una noticia al respecto de la matanza en El País, te dicen a pie de página que si te había interesado la noticia también te podía interesar otra relacionada con la violencia en los videojuegos... Que sutil.

En muchos sitios se pueden leer cosas como que Cho había recibido ayuda psicológica, que era solitario, que tenía tendencias suicidas, y tal y cual... Vaya. Así que a este muchacho se le iba la pinza. ¿Nadie se ha preguntado cómo es posible que alguien con este supuesto perfil pueda ir al súper y comprarse un par de pistolas? Después de tantas matanzas, ¿nadie cree que estaría bien pedir algún tipo de certificado médico al que quiera comprar un arma? O al menos preguntar algo como "¿tienes pensado matar a alguien con eso?", o alguna de esas preguntas chorras que te hacen cuando vas a entrar en EE.UU...

Bueno, vale. Vamos a pasar esto por encima, y vayamos a la matanza en sí. Al parecer, según puedo leer en las noticias, a las 7:15 de la mañana se recibía la primera llamada en los servicios de emergencia, informando de que un pistolero había matado a 2 personas en una biblioteca... Las otras 30 personas se las cargó alrededor de las 9:45, al entrar en una clase (de alemán) y liarse a tiros con todo el personal (se que soy un hijoputa, pero me imagino al profesor gritando "Halt! Alarm, alarm! Ein verletzter!"... Míticas frases del Commandos, para el que no lo sepa...).
Recapitulando. Mató a dos personas, y dos horazas y media después, entro en una clase repleta, en otro edificio, para matar a otras 30... Eeeeeee, ¿a qué coño estaba jugando la peña? Algunos alumnos dicen que estaban mal informados por la policía y tal, pero es que a ver, en dos horas y media te da tiempo para saber que en el edificio de al lado han matado a alguien... Y a irte de cañas con los amigotes y pillarte un pedo curioso. Vamos, digo yo. De hecho yo oí la noticia de las dos primeras víctimas antes de que matasen a las otras 30 (aquí eran las 13:15, y lo digeron en un avance informativo). Así que si yo, que estoy a miles de kilómetros, me entero, el que está en el edificio de al lado (que hasta habrá escuchado los disparos) pues digo yo que sabría algo... Vale, estamos en los EE.UU. y los disparos están a la orden del día... Pero vamos, que se siga dando clase con un loco armado por ahí... Y eso por no hablar de la policía, que estaba al tanto de todo. En dos horas y media podían haber desalojado el campus ocho veces.

La conclusión de todo esto: Pasó porque tenía que pasar. Si no hubiese sido tan grave, dadas las circunstancias, sería por suerte, o por clemencia de Cho... ¿Qué ha llevado a Cho a matar a sus semejantes? Fácil. En la sociedad estadounidense, o estas dentro o estas fuera, y es muy fácil estar a uno u otro lado. Eso frustra, y si tienes a tu disposición todas las facilidades y más para desahogarte a lo grande, no dudarás en utilizarlas. ¿Quereis más explicaciones? Aquí hay un vídeo que lo explica bastante bien, quitándole hierro al asunto.



Una breve historia de los Estados Unidos de América, aparecida en Bowling for Columbine.

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