A veces la inspiración puede venir de la forma menos esperada, en forma, por ejemplo de una foto del Tuenti a la que te han enlazado. Una foto llena de detalles:
Esta foto parece no decir mucho. En un principio nos puede traer a la memoria un campo de concentración de la 2ª Guerra Mundial, o la posguerra serbo-bosnia. Un pueblo a medio construir, con calles sin asfaltar, campos de cultivo entre los edificios en obras, y apenas un alma por sus fantasmagóricas calles. El blanco y negro no ayuda tampoco a quitarle ese halo de misterio, digno de algún programa de Iker Jiménez...
Sin embargo, y como ya supondréis, esta foto está aquí por ser de un paisaje muy poco misterioso para muchos de mis amigos y allegados, por ser de un "pueblo" mucho más cercano y conocido que cualquiera que haya podido sufrir los "gases" de los nazis, o las bombas de la guerra de Bosnia. Y la foto no es de hace tanto tiempo. 1961, según las fuentes. Menos de 50 años.
Fijándonos en algunos detalles, los que vivimos en Santiago de Compostela, pronto podemos constatar que, efectivamente, se trata de un retrato del Ensanche de nuestra ciudad. Un ensanche a medio hacer, claro, pero con claros rasgos que han permanecido hasta nuestros días, como puede ser el Seminario Menor, arriba, solitario, vigilando unos campos de cultivo, en los que más tarde aparecerá un enorme parque, la Avenida de Lugo y el Multiusos de Sar.
En primer plano destacan las viviendas, de "protección oficial" por aquel entonces. Viviendas que, en el momento de su construcción, también estaban rodeadas de campos, a las afueras de Santiago, y que hoy están en pleno centro de la ciudad nueva, al lado de la Plaza Roja (entonces una huerta), flanqueada por calles tan importantes como la de San Pedro de Mezonzo, o de la República Argentina, que no eran más que meras pistas de tierra.
Precisamente subiendo República Argentina, a la derecha en la foto, reconocemos algunos edificios, como el del Colegio Manuel Peleteiro (edificio que desaparecerá en breve, al menos en su función de colegio), o el de esa misma esquina, todavía en pie a día de hoy. Y más al fondo, el edificio del Parlamento de Galicia, que entonces era un edificio militar. Ni siquiera el edificio en el que está el "antiguo" piso desde el que ahora escribo había sido levantado.
Hacia el centro de la imagen distinguimos el cruce entre General Pardiñas y República del Salvador, y bajando esta calle, llegamos a Alfredo Brañas, una de las calles más concurridas hoy en día, que hace cincuenta años no estaba ni dibujada.
Más hacia arriba de la imagen, distinguimos el Hotel Compostela, en la actual Plaza de Galicia, y un poco a la izquierda, vemos el comienzo del parque de la Alameda, con la entrada a la zona vieja, y los que parecen ser los únicos coches de toda la ciudad.
Lo único que no vemos en esta imagen, y que lógicamente se echa en falta hablando de Santiago, es la impertérrita Catedral, que estaría más a la izquierda en la imagen. Pero claro, si saliese, el juego ya no tendría gracia...
Foto nostálgica, cedida por mi amigo , que da que pensar. Increíble el crecimiento de la ciudad cuando uno echa la vista tan atrás... O no tanto. Ahora mismo si tomasemos exactamente la misma fotografía, la ciudad no sólo sería prácticamente irreconocible, sino que la mayor parte de las cosas estarían tapadas por edificios que han aparecido con el tiempo, a lo largo y ancho del campo de la imagen, desde las huertas del primer plano, hasta las del Seminario.
Al ver esta imagen (que por cierto, si alguien encuentra otras del estilo, no dudéis en enviármelas), uno piensa también si el impacto que nos supone a nosotros ver los cambios que ha habido en Santiago en los pasados 50 años, será de alguna forma parecido a la sensación que tendrán nuestros nietos, en el año 2060, cuando vean fotos de Santiago en la actualidad. Pues bueno, pensando que, en tan sólo tres o cuatro años, Santiago tendrá Alta Velocidad, la Ciudad de la Cultura, y un teleférico... Pues no quiero ni pensar cómo será (o qué quedará de) nuestra ciudad dentro de medio siglo...